Baleares ha dado un paso más allá; no solo ha decretado el cierre del ocio nocturno, sino que también ha prohibido las fiestas diurnas y party boats, ante el repunte de los contagios. De forma paralela, ha reducido un 50% el aforo de los lugares de culto y el régimen de visitas a residencias de ancianos. Por su parte, los eventos multitudinarios que congreguen a un máximo de 1.000 personas al aire libre y de 300 en espacios cerrados necesitarán una autorización de Salud para poder celebrarse. 

Según ha informado Diario de Mallorca, el Govern de les Illes Balears decidió ampliar así las medidas implementadas por el Ministerio de Sanidad el pasado viernes, 14 de agosto, como es el cierre de discotecas, bares de copas, clubs nocturnos o salas de baile; el horario de cierre de bares y restaurantes antes de la una de la madrugada; o la prohibición de fumar —tabaco o dispositivos de inhalación— en la vía pública y en espacios al aire libre cuando no sea posible cumplir la distancia de seguridad. A este respecto, el Govern hizo hincapié en que todos los locales de restauración deben especificar, de manera visible, su horario de apertura y cierre, el aforo permitido, el uso de la mascarilla y la obligación de mantener el distanciamiento social. 

Pionera en el cierre del ocio nocturno

Cabe destacar que Baleares fue la primera comunidad española en decretar el cierre del ocio nocturno. En un principio, el Govern mantuvo inoperativos, tras la desescalada, este tipo de locales en S'Arenal, Magaluf (Mallorca) y West End (Ibiza), considerados puntos calientes para el turismo de borrachera. Posteriormente, decidió clausurar los establecimientos de comercio, ocio y restauración en las calles Punta Ballena de Magaluf, Miquel Pellisa (más conocida como Calle de la Cerveza) y Pare Bartomeu Salvà (más conocida como Calle del Jamón) de Playa de Palma, en Mallorca.

Para el resto de locales de ocio nocturno también había condiciones de apertura. Por ejemplo, solo podían recuperar su actividad los establecimientos con un aforo máximo de 300 personas. El baile estaba prohibido y en las zonas dedicadas a esta actividad debían habilitarse mesas y sillas. El horario de apertura era, como máximo, hasta las dos de la madrugada, aunque el servicio en barra debía finalizar a las 21.00 horas.