La ruptura de las negociaciones entre los Gobiernos autonómicos de Aragón (DGA) y Cataluña (Generalitat) para organizar conjuntamente los Juegos Olímpicos de Invierno 2030, ha supuesto un varapalo para las localidades de los valles del Pirineo aragonés. Alcaldes y empresarios consideran una “decepción” y una “muy mala noticia” que el Comité Olímpico Español (COE) se esté planteando centrarse en las instalaciones de la zona catalana de los Pirineros y dejar de contar con las aragonesas.

Según recoge Heraldo de Aragón, la candidatura representaba una "oportunidad histórica" para los valles de Tena, Aragón y Benasque de darse a conocer internacionalmente, con la repercusión turística que esto conlleva.
 

Enorme acicate para atraer turismo rural, senderista y de esquí


“Hay que seguir apostando porque nuestros territorios estén en los Juegos y porque haya eventos deportivos en todos los valles aragoneses con estaciones de esquí alpino […] Sería muy importante para el Pirineo como marca internacional, que tan falta nos hace para desestacionalizar el turismo y mantener los negocios durante todo el año", ha señalado Fernando Sánchez, alcalde de Canfranc (Huesca), al citado diario.  

La celebración de unos Juegos de Invierno en estas pequeñas localidades de montaña significaría un enorme acicate para atraer turismo rural, senderista y de esquí a los valles pirenaicos aragoneses, que cuentan con cuatro estaciones de esquí alpino: Candanchú, Astún, Formigal y Cerler.