España ha experimentado un boom turístico que se ha traducido en siete años consecutivos en los que se han batido los récords en lo que a llegada de visitantes extranjeros se refiere. Sin embargo, los próximos años supondrán un duro reto para el sector que tendrá que hacer frente a dos desafíos contrapuestos: seguir atrayendo a turistas y hacer frente a la masificación de algunos destinos como Barcelona o Baleares.

Según explica Isabel Oliver, secretaria de Estado de Turismo, al diario El Mundo, “el reto de España y de cualquier país o ciudad turística no es atraer a más visitantes, sino gestionar mejor para evitar picos de saturación y con ello molestias a los residentes y una mala experiencia al visitante”.

De forma similar se expresa José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur, que defiende que “el objetivo es intentar no morir de éxito, porque llevamos mucho tiempo poniendo el foco en el récord de llegadas, como si eso fuera lo más importante, cuando lo ideal es batir el récord de gasto”.

Tanto el Gobierno como los empresarios están en pleno proceso de cambio de modelo turístico y el espejo en el que se miran en Ámsterdam. Las autoridades de la capital neerlandesa decidieron reducir su inversión en promoción y destinar las partidas en campañas para enseñar a los visitantes a ser “buenos turistas”.  Asimismo, también ha fomentado la desestacionalización y ha creado nuevos atractivos turísticos con el fin de descongestionar el centro. Zoreda considera que Ámsterdam enfrentó problemas similares a los que padece hoy en día Barcelona y han logrado solventarlos. 

Desde la Secretaría de Estado de Turismo defienden que ya se está trabajando en este sentido y explican que la tecnología y el uso de los datos para analizar los flujos en destino serán clave en este proceso. A su vez, defienden que se está "potenciando la diversificación de productos, poniendo en valor una oferta altamente experiencial basada en los atractivos culturales, patrimoniales e históricos que nos hacen únicos; también en la diversificación de mercados con el foco puesto principalmente en Asia y Estados Unidos, al tiempo que buscamos nuevos perfiles de turistas en nuestros emisores tradicionales".

No es poco lo que está en juego y es que la masificación puede derivar en incomodidades para los residentes (precios de alquiler altos, saturación de servicios públicos, atascos, etc.) que se traduzcan en un rechazo al turismo, más conocido como turismofobia.

 Así, las soluciones a la masificación, la sostenibilidad y la tecnología marcarán en gran medida gran parte de los debates y conferencias que tendrán lugar en el marco de la feria internacional de turismo Fitur 2020, que arranca el próximo miércoles 21 de enero.