Turkish Airlines se ha visto obligada a retirar entre 11 y 12 aviones Airbus A320neo y A321neo en los próximos meses debido a la detección de un fallo en sus motores, de la marca Pratt & Whitney. La aerolínea, que posee una un total de 58 aparatos de estos modelos, podría ver seriamente afectada su operativa en los próximos meses. Esta no es la primera vez que salta la alarma sobre las turbinas del fabricante estadounidense: ya en 2020 la compañía tuvo que paralizar varios aviones de la misma familia de Airbus por problemas detectados. 

El medio especializado Simple Flying indica que estas aeronaves deberán ser retiradas por la compañía turca antes de final de año para pasar una inspección técnica. La sospecha de que estos motores, modelo PW1100G, poseen metal contaminado en algunas de sus piezas ha obligado a retirarlos del mercado, debido a que existe el riesgo de que se generen grietas en sus componentes. 

El mes pasado, la aerolínea dejó en tierra nueve aviones A320neo y A321neo por el mismo motivo. Con una flota tan grande de aviones de la familia A320, el número de aeronaves que permanecerán en tierra podría aumentar aún más en los próximos meses, lo que también podría provocar interrupciones operativas en sus rutas. 

Este fallo de fabricación fue puesto en evidencia el pasado mes de julio y se prevé que sea necesario la revisión de hasta 700 motores del citado modelo de Pratt & Whitney desde ahora y hasta 2026. Otras aerolíneas afectadas por la retirada de aviones son las estadounidenses Spirit Airlines y Delta Air Lines, o la neozelandesa Air New Zealand.