La quiebra del gigante turístico Thomas Cook ha dejado varias preguntas en el aire. Una de ellas tiene que ver con los sueldos millonarios que cobraban sus directivos, a pesar de que la compañía estaba sumida en una crisis desde hacía años.

Según ha informado Expansión, la secretaria de Estado de Empresas de Reino Unido, Andrea Leadsom, ha anunciado la apertura de una investigación para analizar la forma en que la empresa ha pagado a ejecutivos y consejeros en los últimos años.

Lo cierto es que los últimos consejeros delegados de Cook han percibido sueldos millonarios (superando los 23 millones de euros en cinco años), a pesar de la situación de la empresa. Estos son: Manny Fontenla-Novoa, Harriet Green y Peter Fankhauser.

Fankhauser, precisamente, ha sido el último en liderar el grupo y ha cobrado 8,1 millones de libras (unos 9 millones de euros) desde que fue nombrado consejero delegado en 2014. En concreto, percibió 4,2 millones (unos 4,8M de euros) en 2015; 1,2 (1,36) en 2016; 1,7 (1,9) en 2017; y 1 millón (1,13) en 2018.

Harriet Green, quien le precedió en el cargo desde 2012 hasta 2014, se caracterizó por su mano dura, ya que despidió a 2.500 empleados y reestructuró la compañía. En el año 2015, recibió un bonus en acciones de 5 millones de libras (5,67M/€). Green rescató a Cook del colapso y consiguió que aumentara su valor en bolsa, tal es así que fue nombrada Mujer del año Veuve Clicquot. 

Por su parte, Manne Fontenla-Novoa percibió 17,2 millones de libras (19,49M/€) entre 2007 y 2011, al mismo tiempo que Thomas Cook despedía a 2.800 trabajadores. Durante su liderazgo, Cook se unió a la compañía My Travel, lo que permitió aumentar la red de agencias de viaje, pero luego se convirtió en un lastre. 

Por otro lado, el diario británico The Times reparó en que en los dos últimos directores financieros de Cook, Micheal Healy y Bill Scott, percibieron 7 millones de libras (7,93M/€), entre los dos, desde 2014.