Vueling ha comenzado con dificultades el verano. Las cancelaciones, los retrasos y otras incidencias han afectado gravemente a su programa. La jornada de ayer se saldó con más de cincuenta cancelaciones. Ya el lunes, la compañía tuvo que cancelar media docena de vuelos en el aeropuerto de Barcelona, mientras otros sufrían retrasos y durante los embarques se formaban largas colas. Las jornadas anteriores no fueron muy distintas, y las protestas de los viajeros han generado escenas de tensión en los mostradores. La aerolínea se defiende y asegura que se trata de "circunstancias puntuales", propiciadas por situaciones fuera del control de la compañía, como la huelga de controladores aéreos franceses. No obstante, Vueling ha anunciado que ha activado medidas de urgencia para corregir un "problema de operativa". De entre estas medidas destacaría el aumento del tiempo de escala de 35 a 45 minutos, apertura de más mostradores de check-in y un nuevo sistema de gestión de colas en el aeropuerto del Prat de Barcelona