La que hace años fue la aerolínea de bandera de Italia, Alitalia, ha acudido a los tribunales de Estados Unidos para evitar que la empresa gestora del aeropuerto John F. Kennedy, en Nueva York, le retire el permiso para operar en sus instalaciones.

Esta amenaza de suspensión se da después de que la empresa iniciara en abril un proceso de suspensión de pagos y superara el plazo límite para saldar su deuda con los operadores del aeródromo estadounidense, Terminal One Group Association, que amenazó con romper el contrato y dar por finalizado el arrendamiento del espacio que la aerolínea utiliza de no resolverse el conflicto.

Alitalia se enfrenta ahora en los tribunales a su última oportunidad  aferrándose al capítulo 15 de la legislación de bancarrota del país estadounidense, que permite a las empresas extranjeras continuar con su actividad mientras negocian la reestructuración de su deuda. El juez Sean Lane le ha concedido un periodo de gracia de 10 días, hasta el 23 de junio, para solucionar la crisis.

Este no es el único frente de batalla para la compañía. En las próximas semanas puede perder el servicio telefónico y de conexión al Broadband Centric Internet por el impago de las facturas.