Dos meses después de firmar un acuerdo con Airbnb para frenar el alquiler turístico ilegal, el Consell de Formentera solo ha denunciado un anuncio en la plataforma —para ello, deben incumplir la normativa local de forma manifiesta—. Se trataba de una embarcación, que ya ha sido retirada de la web. Sin embargo, una búsqueda rápida muestra que siguen apareciendo decenas de ofertas de barcos y caravanas que, según la normativa vigente, no pueden destinarse a alojamiento turístico.

Entre ellas, destacan embarcaciones amarradas en La Savina o fondeadas en Cala Saona, con precios que superan los 900 euros por noche, y que incluso ofrecen extras como barbacoas en Espalmador por 35 euros por persona. También persiste la oferta de una caravana denunciada en mayo por Diario de Ibiza, que ahora amplía su actividad de Ibiza a Formentera con un precio de 107 euros por noche.

Airbnb sostiene que solo puede retirar anuncios ilegales cuando las autoridades locales los identifican y notifican formalmente, tal como establece el convenio firmado en junio. Además, la plataforma se comprometió a exigir número de registro a cualquier nuevo anuncio. No obstante, continúan publicándose alojamientos que, por sus características, difícilmente podrían contar con licencia.

Sin inspector de Turismo en Formentera
 

Mientras en Ibiza se han eliminado más de 10.000 plazas irregulares en un año, Formentera avanza a paso lento. La falta de recursos de inspección agrava la situación: el nuevo inspector de Turismo previsto para esta temporada aún no se ha incorporado y el proceso de selección parece encallado.

Tal y como recuerda Diario de Formentera, de los cinco aspirantes que superaron el concurso público, solo quedaba una persona disponible, que debía aceptar el cargo a principios de agosto. Al no haber respuesta, todo apunta a que será necesario iniciar un nuevo proceso, que podría retrasar la llegada del inspector hasta bien entrado el otoño.

El retraso complica el control de una actividad ilegal que, en pleno verano, sigue creciendo en la isla. Y aunque la figura del inspector trabajará durante todo el año, el Consell admite que difícilmente podrá incidir en la temporada turística de 2025 si los plazos se repiten.