El piloto de un A380 de Emirates, con destino la Isla Mauricio, al suroeste del océano Índico, estuvo a punto de causar un grave accidente aéreo.

Cuando el avión se encontraba aproximadamente a 300 kilómetros al norte del aeropuerto internacional Seewoosagur Ramgoolam (Mauricio) comenzó el descenso. Sin embargo, aunque los controladores aéreos le indicaron que descendiera hasta los 38.000 pies (11.585 metros), la aeronave cayó hasta los 36.000.

Esto no habría sido peligroso si al mismo tiempo no se le hubiera ordenado a un vuelo de Air Seychelles proveniente de la isla que alcanzara los 37.000 pies. 

Los pilotos de las dos aeronaves recibieron la señal de aviso por colisión (TCAS)  y el comandante de Air Seychelles consiguió girar a la derecha y evitar el peligro. Aunque les separaban 14 kilómetros, llegaron a estar a la misma altura.