El Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito de Estados Unidos ha suspendido de forma temporal la decisión del Gobierno de Donald Trump de disolver la alianza comercial entre Delta Air Lines y Aeroméxico, cuya ruptura estaba prevista para el 1 de enero de 2026. La medida judicial, que aún puede ser recurrida, aplaza la entrada en vigor de una decisión que había generado gran inquietud en el sector aéreo.
Según informa El País, la Administración estadounidense había ordenado en septiembre la disolución del acuerdo con el argumento de que ambas compañías ejercen un control excesivo en las rutas entre Estados Unidos y México, especialmente en el aeropuerto de Ciudad de México, donde concentran alrededor del 60% de las operaciones con destino u origen estadounidense. El Departamento de Transporte defendió que poner fin a la alianza favorecería la competencia y evitaría la coordinación en precios y capacidad.
Delta y Aeroméxico, que operan conjuntamente desde hace nueve años, recurrieron la decisión ante los tribunales al considerar que funcionan como una única empresa en el mercado transfronterizo y que su separación supondría un fuerte impacto operativo y comercial. Las aerolíneas advierten de que deshacer la estructura conjunta antes del 1 de enero resultaría extremadamente complejo y tendría consecuencias negativas para los viajeros.
Delta ha estimado que la ruptura podría provocar la pérdida de más de 140.000 turistas hacia Estados Unidos, lo que afectaría tanto a la conectividad como al flujo económico entre ambos países.
La suspensión judicial no resuelve el fondo del conflicto, pero sí concede un respiro a las compañías mientras continúa la disputa legal sobre el futuro de una de las alianzas más relevantes del transporte aéreo en Norteamérica.




