Corendon Airlines ha superado las turbulencias que ha atravesado en un 2022 que “fue un desastre” hasta situarse en una posición más estable y segura. Así lo afirman sus directivos en una entrevista concedida a FVW.

Al difícil contexto al que han hecho frente la mayoría de las aerolíneas —mayores costes, retrasos y dificultad para encontrar empleados—, a la compañía turco-holandesa especializada en destinos vacacionales se le sumó una difícil situación financiera y una sanción del Gobierno de Alemania por impago de impuestos.

Para hacer frente a esos desafíos, la receta aplicada, según explica el CEO y cofundador de la compañía, Yildiray Karaer, ha sido aplicar un estricto control de costes y simplificar su programa de vuelos en 2023, concentrándose en los destinos vacacionales más demandados en Turquía, Grecia y España, evitando “cualquier experimento”.

Ahora se encuentran “en la senda correcta”, según asevera su director en Alemania, Thomas Braun, quien incide en que para el invierno 23/24 y el verano de 2024 van a mantener la misma política conservadora para no poner en peligro el proceso de recuperación. "Somos una aerolínea aburrida y predecible",

Por ello, solo utilizarán los 38 aviones de su flota, evitando cualquier tipo de arrendamiento con tripulación. Para la temporada invernal están programadas más de 700.000 desde Alemania a Canarias (España), Turquía y Egipto. Para la estival se alcanzarán los tres millones de plazas, una cifra similar a la de este año.

Fundado en el año 2000 por Atilay Uslu y Yildiray Karaer, Corendon es un grupo turco-holandés que cuenta con división de touroperación, dos aerolíneas y su propia división hotelera, Corendon Hotels & Resorts. Mueve anualmente a más de 750.000 clientes al año con un volumen de negocio de 515 millones.