El máximo responsable de Ingeniería de Airbus, Jean-Brice Dumont, se ha manifestado sobre la polémica de dejar asientos vacíos en los aviones, en aras de minimizar el riesgo de contagios de COVID-19, asegurando que esta medida "no es necesaria"

Según ha informado Expansión, Dumont ha señalado que la rápida renovación del aire en el interior de los aeroplanos reduce per se el riesgo de contagios, por lo que el uso de mascarillas a bordo y una eficiente desinfección del aparato deberían ser suficientes para volar de forma segura. 

A este respecto, indicó que en el interior del avión "el aire se renueva cada dos o tres minutos y circula de forma vertical, de arriba abajo, sin ir hacia los lados ni hacia delante ni atrás, lo que es un factor muy importante para reducir el riesgo de contaminación". 

"El aire se renueva cada dos o tres minutos eyectando aire fuera y recibiendo aire de fuera o reciclando el aire con filtros que son tan eficientes como los de los hospitales y capaces de capturar el 99,7% de las partículas de 100 nanómetros como el virus del COVID", agregó. En este sentido, insistió en que la cabina, por sus características, "no es un área de propagación de virus, microbios o infecciones". 

¿Qué ocurre con las pantallas divisorias? 

Otra de las soluciones propuestas para respetar el distanciamiento social a bordo, es la instalación de mamparas o pantallas divisorias entre los pasajeros. No obstante, Dumont reparó en que esta alternativa puede convertirse en un hándicap en caso de emergencia. 

Recomendaciones

El gigante aeroespacial ha emitido una serie de recomendaciones a las aerolíneas, que son: activar los sistemas de ventilación antes de que los pasajeros embarquen, ordenar el uso obligatorio de mascarillas al pasaje, desinfectar el avión después de cada servicio y entregar material de limpieza a los usuarios.

Si finalmente los reguladores dan el visto bueno a las aportaciones de Dumont, las aerolíneas respirarán aliviadas y es que, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) desveló que el factor de ocupación de los aviones quedaría reducido a un 62% de dejar plazas libres, cuando debe ser como mínimo del 77% para alcanzar la rentabilidad económica.