Airbnb ha anunciado que retirará de su web los 200 hospedajes ofertados en asentamientos israelíes en Cisjordania, con el fin de evitar “sufrimientos humanos” y no interferir en “la disputa existente en la región”, entre israelíes y palestinos. Lo cierto, es que en estos establecimientos ofrecidos por la plataforma de alquiler vacacional solo se permite la reserva a turistas israelíes y extranjeros.

La comunidad internacional, tal y como ha informado El País, considera ilegítimos estos asentamientos israelíes. La resolución del Consejo de Seguridad 2334, que se aprobó en diciembre de 2016, estipula que las colonias judías en territorio palestino ocupado constituyen una flagrante violación del derecho internacional. La medida fue votada por todos los miembros del Consejo, excepto por Estados Unidos. Israel, por su parte, defiende que estos no son territorios ocupados, sino en disputa sobre los que el pueblo judío tiene derechos históricos.

La ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW) denunció en su informe Bed and breakfast in stolen land (Alojamiento y desayuno en terreno usurpado), que “los servicios ofrecidos (en Cisjordania) discriminan a los huéspedes en función de su origen nacional o étnico”. La decisión de Airbnb, sin embargo, no ha sido bien recibida en Israel, cuyo primer ministro, Benjamín Netanyahu, aseguró que la recurrirá ante la justicia de Estados Unidos.

Mientras, el ministro de Asuntos Estratégicos israelí, Gilad Erdan, puntualizó que “no existe distinción entre una parte u otra del Estado de Israel”. “Airbnb tendrá que explicar por qué ha adoptado esta medida discriminatoria y racista aquí y no en otras zonas en conflicto en el resto del mundo”, añadió.

La plataforma de alquiler vacacional, por su parte, ha expuesto: “Sabemos que es una cuestión controvertida en la comunidad global, donde muchos se han pronunciado en contra de que las empresas hagan negocios aquí (en territorios ocupados) ya que consideran que no deben aprovecharse de las tierras de personas que se han visto desplazadas”. Hasta el momento, Airbnb se había acogido a las leyes israelíes para prestar servicios en las colonias.