Las diferentes restricciones que se han aplicado para frenar la pandemia han impactado duramente al sector turístico, que durante este último año ha afrontado repatriaciones, cancelaciones, cambios de reserva y un drástico descenso en ventas. Ahora, las restricciones pueden suponer un nuevo quebradero de cabeza y es que el Tribunal del Distrito de Düsseldorf ha dictado sentencia que obliga a un operador turístico a reembolsar el 20% del viaje, puesto que los clientes no pudieron disfrutar de una experiencia plena.

Según relata ReiseVor9, una familia de cuatro que contrató sus vacaciones en un hotel de cuatro estrellas en Portugal el pasado mes de julio por unos 4.700 euros, no tuvo oportunidad de hacer uso de todos los servicios que estaban promocionados, a causa de las limitaciones impuestas por las autoridades lusas.



 

En concreto, la piscina cubierta, el jacuzzi, el gimnasio y el parque infantil se mantuvieron cerrados durante la estancia. La piscina al aire libre solo estuvo disponible para 15 personas y la de niños estaba limitada a solo uno por turno. Las comidas también fueron todo un desafío para estos huéspedes fue la eliminación de los servicios de comida bajo el concepto de buffet. Esto generó tiempos de espera para la comida de hasta 45 minutos. Además, no pudieron relacionarse con el resto de huéspedes.

A causa de estas mermas, el juzgado determinó que el operador estaba obligado a devolver el 20% del importe abonado. El tribunal esgrimió que no importaba si el operador era responsable o no de las restricciones y que la aplicación constante de normas de higiene durante el período de descanso “representa un deterioro psicológico considerable que el efecto recreativo de unas vacaciones”, lo que justifica la devolución.

Esta doctrina podría convertirse en todo un desafío para hoteles, agencias y touroperadores, algunos de ellos ya muy dañados por la pandemia.