La Unión Europea está impulsando la privatización del sector ferroviario, de esta manera, se eliminarán las barreras que existen aún entre las fronteras siguiendo el modelo del ferrocarril de Estados Unidos. El objetivo es dar lugar a la idea conocida como red única de Metro europeo. Una forma de facilitar aún más la libre circulación de personas y que puede estimular el turismo interior de los europeos.

La liberalización del sector se debería implantar en un período de tres años, algo que estiman complicado pues el mercado ha estado controlado tradicionalmente por sociedades públicas con arraigo social. A esta complicación se le suman las 11.000 normas distintas con las que cuenta el sector ferroviario en Europa, por lo que se necesita fortalecer la Agencia Ferroviaria Europea para que funcione como ventanilla única y regule el tráfico entre todos los países y los 215.000 kilómetros de vías. 

Asimismo, la homogenización cuenta con la oposición de países como Alemania o Francia, que cuentan con sindicatos que se oponen a la privatización.