El fallo de diseño de los 31 nuevos trenes que iban a estar destinados a mejorar la conectividad y la proyección turística de Cantabria y Asturias sigue cobrándose víctimas. El inexplicable error por el que dichos trenes de vía estrecha fueron ideados con una altura que no les permite atravesar los túneles que unen la comunidad cántabra y la asturiana ha provocado la dimisión de la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, y del presidente de Renfe, Isaías Táboas.

Según informa El País, David Lucas, hasta ahora secretario general de Vivienda del Ministerio de Transportes, encabezará la Secretaría de Transportes, mientras que Raül Blanco, hasta diciembre secretario general de Industria y Pyme del Ministerio de Industria, presidirá la empresa pública Renfe.

Un error que trae cola


Estas dimisiones llegan tras las destituciones que se produjeron a principios de este mismo mes, poco después de estallar el escándalo: la del gerente del Área de Gestión de Material de Renfe, operador de las líneas ferroviarias, y la del responsable de la jefatura de Inspección y Tecnología de vía de Adif, propietaria de las infraestructuras.

Pese a que empiezan los ceses de algunos de los responsables, los presidentes autonómicos de Cantabria y Asturias, Miguel Ángel Revilla y Adrián Barbón Rodríguez, exigen una explicación clara sobre cómo se ha producido lo que califican como una “chapuza” que puede retrasar la fabricación y entrada en operación de los trenes hasta tres años.