Setrak Tokatzian, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Plaza de San Marcos (Venecia, Italia), ha lanzado una dura advertencia sobre el estado actual de su sector, que ha vivido tradicionalmente de los millones de turistas que visitan la ciudad cada año: “Estamos ante una crisis de mercado sin precedentes”. Según afirma, la ciudad está saturada por un flujo constante de visitantes de bajo poder adquisitivo que no consumen, solo deambulan por las calles. “Este turismo es obsceno, nadie compra nada”, lamenta.

Tokatzian, al frente de un negocio familiar en el corazón de Venecia, asegura que la situación ha tocado fondo este verano. Las calles están abarrotadas de personas que, según describe, se desplazan en grupos organizados, toman góndolas o taxis acuáticos, pero no entran en las tiendas. Incluso en el sector del lujo, antes símbolo de la ciudad, se percibe el declive: “Ya nadie pasa con bolsas de marcas; muchas familias comparten un solo plato de pasta”.

El joyero destaca que este fenómeno no solo afecta a su ciudad, sino que se repite en otras grandes urbes italianas como Milán, según le relatan sus proveedores. El descenso del turismo de calidad está vaciando los comercios y debilitando el tejido económico local, según sostiene Tokatzian. En contraste, los vendedores ambulantes ilegales, denuncia, obtienen grandes beneficios sin control alguno.

Ante esta situación, Tokatzian propone medidas urgentes: limitar la entrada de autocares turísticos y aplicar una tasa de 100 euros a los turistas que visitan la ciudad un solo día. “Vienen de los campings con pulseras blancas, sin saber dónde están, y se marchan sin dejar nada en la ciudad”, critica. 

El presidente de los comerciantes teme que la imagen de Venecia como destino exclusivo y cultural esté siendo sustituida por la de un parque temático masificado. “Si no vuelven los turistas que aportan valor, tendremos que cerrar”, advierte con preocupación.