El anuncio del Consell de Mallorca de retomar, después de casi dos décadas, la convocatoria de exámenes para habilitar a nuevos guías turísticos ha abierto una fuerte división en el sector. Mientras algunos colectivos aplauden la medida como necesaria para frenar el intrusismo y aumentar el número de profesionales acreditados, otros denuncian que la iniciativa “devalúa la profesión” y no garantiza la calidad de la formación.

El ‘enfrentamiento’ ha llegado incluso a la web change.org, donde bajo el lema “No a la convocatoria de exámenes que devalúa la profesión de guía turístico en Mallorca”, la Associació de Guies Oficials de Mallorca (AGOM) ha lanzado una petición que en pocos días sumaba más de 80 apoyos. Según esta agrupación, un examen no puede sustituir años de experiencia y estudios, y la solución pasa por reforzar las inspecciones contra los “guías piratas” en lugar de abrir un proceso de habilitación general, tal y como informa Diario de Mallorca.

Desde el Consell, la directora insular de Turismo, Clara del Moral, defiende que la medida responde a una vieja demanda del sector y se enmarca en lo dispuesto por el Decreto 20/2015, que obliga a convocar pruebas oficiales con carácter anual. El presidente del Colegio Oficial de Guías, Pedro Oliver, coincide en la necesidad del examen y denuncia que entre el 60% y el 65% de las visitas guiadas actuales son ilegales por falta de profesionales acreditados.

La Asociación de Guías Turísticos de Mallorca, integrada en la Federació de la Petita i Mitjana Empresa de Mallorca (Pimem), también respalda la iniciativa, aunque pide claridad sobre el contenido de la prueba y reclama más inspecciones. Su presidente, Biel Rosales, advierte que la proliferación de free tours sin control ha aumentado el intrusismo y reclama igualdad de trato entre todas las asociaciones representativas del sector.

A favor de la convocatoria también se ha posicionado la patronal Aviba, que agrupa a agencias de viajes. Su presidente, Pedro Fiol, considera que la medida permitirá incorporar a guías extranjeros con experiencia y reforzar la oferta en idiomas, además de introducir más competencia para abaratar precios y reducir la actividad ilegal. Incluso propone que todos los guías se sometan a exámenes periódicos como reciclaje profesional.