Mallorca vuelve a estar bajo el escrutinio internacional. Importantes medios de Alemania, Francia, Reino Unido y los países nórdicos han publicado en los últimos meses reportajes críticos con el modelo turístico de la isla y la saturación del destino. Estas revistas y periódicos centran su visión en que la masificación ha degradado tanto la experiencia de los visitantes —cerca de 13,5 millones en 2024, cinco millones de ellos alemanes— como la vida de los residentes —menos de un millón de habitantes—.
Es el caso de Der Spiegel, la mayor revista semanal de Europa, que, junto a otras cabeceras de Alemania como Frankfurter Allgemeine Zeitung o Süddeutsche Zeitung alertan de que “Mallorca ya no ofrece la misma experiencia” y advierten de problemas como la presión en los alquileres, el deterioro ambiental o el colapso de algunos servicios. Incluso Bild reconoce que parte de los turistas germanos han dejado de elegir la isla por la saturación y pérdida de calidad ambiental.
El fenómeno no es aislado: cadenas de televisión como Tagesschau y ARD han recogido testimonios de viajeros que, tras décadas de fidelidad, deciden no volver para no sentirse parte del colapso turístico.
Por su parte, en Reino Unido, BBC y The Guardian hablan de Mallorca como ejemplo de las contradicciones del turismo masivo, mientras que en Francia, Le Monde advierte del riesgo de que la isla pierda su imagen de refugio natural y cultural.
Según un análisis de la asociación Fundament, al que ha tenido acceso Última Hora, que desde 2019 estudia la percepción global del turismo en Mallorca, el problema es “estructural” y radica en la falta de un modelo real de sostenibilidad. “No se trata de culpar al turista, sino de la incapacidad de gestionar los flujos. Este ecosistema está llegando a sus límites”, advierte el presidente de la entidad, Frank Hoeft, que defiende la necesidad de establecer un tope máximo de visitantes.
El cambio de percepción se refleja también en el auge de protestas locales y en un debate mediático cada vez más intenso. Para Hoeft, “decrecer suena mal, pero es la única vía posible”. Mientras tanto, el nombre de Mallorca continúa ocupando titulares internacionales que cuestionan su futuro turístico.



