Aunque a primera vista parece un alojamiento normal en plena ciudad, el CityHostel Berlin es protagonista de una polémica relacionada con Corea del Norte. 

El establecimiento hotelero, de cinco pisos y capacidad para 435 camas, a pesar de ubicarse en el centro de la capital alemana, se encuentra en suelo norcoreano, al lado de su embajada, y desde que abrió en 2004 ha desembolsado cada mes, en concepto de alquiler de la parcela, cerca de 40.000 euros a la dictadura, que nunca ha pagado impuestos por estos ingresos. Se estima que la cantidad de tasas acumuladas alcanzaría los millones de euros. 

Una de las mayores sospechas es que el dinero pagado por el arrendamiento haya estado destinado a financiar los programas armamentístico y nuclear de Pionyang, algo que desde el hotel niegan: "El Cityhostel Berlin lamenta haberse convertido en una pelota en el juego de la política internacional y ser víctima de unas sospechas injustificables”, señalan.

El Gobierno de Alemania ha expresado su intención de cerrar el establecimiento. La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas establece que los diplomáticos extranjero realicen actividades comerciales. Sin embargo, parece no ser suficiente para llevar a cabo la clausura por no ser lo suficientemente explícita. 

Por su parte, la embajada del país asiático presenta un aspecto austero. Se trata de un edificio prefabricado de los años 60 o principios de los 70 deteriorado, al igual que el suelo que lo rodea. Uno de los antiguos miembros del cuerpo diplomático declaró para el semanario Der Spiegel que algunas embajadas caen en actividades ilegales como el tráfico de drogas, armas o dinero falso.