La Acrópolis de Atenas (Grecia) es sin duda uno de los monumentos históricos más conocidos a nivel mundial. Reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO, el conjunto arquitectónico y escultórica de casi 2.500 años de antigüedad recibe cada día una masiva afluencia de turistas que, según algunos, está siendo insostenible para asegurar su buen estado y conservación. 

Aunque la pandemia supuso un respiro para la Acrópolis y el Partenón por el parón turístico, la vuelta a la normalidad ha devuelto las riadas de turistas a sus mármoles de forma incrementada. Según la propia ministra de Cultura y Deporte de Grecia, Lina Mendoni, “solo en junio y principios de julio, el número de visitantes aumentó en un 80% en comparación con 2019”.

Ante los graves problemas de gestión turística que está sufriendo el monumento, con largas colas de turistas esperando para poder observar de cerca sus impresionantes estructuras de mármol, el Gobierno liderado por el reelegido Kyriakos Mitsotakis ha anunciado que implementará una serie de medidas para mejorar el tráfico de visitantes “antes de que finalice el mes”. Según ha asegurado la propia Mendoni en medios nacionales, desde el Ejecutivo heleno barajan el establecimiento de franjas horarias para el acceso de turistas, un carril rápido para grupos organizados, e-tickets y zonas determinadas de visitantes.

La ONG colaboradora de la UNESCO World Heritage Watch ya advirtió de la falta de información y orientación a los turistas en el conjunto. “Un sitio de importancia mundial como la Acrópolis no presenta buenas condiciones y está en riesgo si carece de un plan de gestión para tratar con los turistas”, señaló su presidente, Stephan Doempke, en declaraciones recogidas por el diario alemán Der Spiegel.