La paradoja de las islas Feroe, ese archipiélago autónomo del Atlántico Norte que es, a su vez, nación constituyente del Reino de Dinamarca, es cuando menos, llamativa. Cada año, este territorio insular salta a los titulares internacionales por la polémica celebración del Grindadráp, una tradición centenaria que consiste en llevar a cabo una gran matanza de cientos de cetáceos, normalmente ballenas piloto —calderones— y delfines. No obstante, recientemente han anunciado la implementación de una tasa turística de hasta nueve euros que irá destinada al 100% a un fondo para la conservación de la naturaleza. 

Tal y como informa el digital danés Standby.dk, la floreciente industria turística de Feroe, con gran presencia de viajeros estadounidenses en los últimos tiempos, ha llevado al Parlamento feroés a aprobar un impuesto que gravará las pernoctaciones y cuya entrada en vigor está prevista para octubre de 2025.

El gravamen en cuestión funcionará de la siguiente manera: cada turista que pernocte en el país pagará 20 coronas danesas por noche —unos 2,70 euros al cambio actual—, hasta un máximo 27 euros por viaje, lo que equivale a una estancia de diez días. La tasa, además, no distinguirá entre tipos de alojamiento, por lo que la cantidad será la misma para hoteles, apartamentos turísticos, campings e incluso vehículos camperizados. La única distinción que se hará afectará a los turistas que lleguen vía crucero, a los que se cobrará 65 coronas —cerca de 9 euros—.