Fracasan las negociaciones entre los trabajadores y las empresas encargadas de gestionar el transporte interurbano de Baleares (TIB). Esto implica que, tras concluir sin acuerdo la última reunión entre el sindicato SATI y las empresas concesionarias del servicio, se confirma la convocatoria de huelga. La protesta comenzará este viernes y, si se mantiene el calendario previsto, se repetirá los días 21, 23 y 25 de julio, con la posibilidad de convertirse en indefinida a partir de esa fecha. La falta de avances en la renovación del convenio colectivo ha sido clave para el fracaso de las conversaciones.

Este servicio de transporte público es utilizado, en muchas ocasiones, por los turistas, especialmente en trayectos desde y hacia los aeropuertos de las distintas islas. No obstante, la Conselleria de Vivienda, Territorio y Movilidad ha decretado unos servicios mínimos del 60% que aseguren la conectividad con el aeropuerto de Palma y los hospitales. Las empresas han publicado ya los nuevos horarios adaptados a estas limitaciones. Aunque inicialmente solicitaron un 80% de servicios mínimos debido a la alta demanda estacional (más de 100.000 usuarios diarios), finalmente aceptaron el porcentaje fijado por el Govern. Los datos de afluencia avalan la magnitud del conflicto: en junio se registraron 3,3 millones de pasajeros, un 8% más que en 2024, y entre enero y junio, el número de usuarios superó los 13,5 millones.

Desde la patronal del transporte, la FEBT, se insiste en que las posturas han estado distantes desde el inicio. La propuesta empresarial de una subida salarial del 3% en 2025 y un 0,5% más el IPC en 2026 fue rechazada por los trabajadores, que también reclaman mejoras en cuanto a descansos y condiciones laborales. Juan Rodríguez, portavoz del sindicato SATI, ha criticado la rigidez empresarial y denuncia condiciones laborales extremas, con jornadas sin apenas pausas.

El sindicato SATI ha liderado en solitario este tramo final de las negociaciones, después de que UGT y CCOO se desvincularan del proceso. En el caso de CCOO, han rechazado apoyar la huelga al considerar que aún hay margen para el diálogo, una decisión que podría influir especialmente en Ibiza, donde SATI no tiene presencia. Desde el Govern se insiste en la necesidad de encontrar un acuerdo que evite un conflicto que afecta directamente a miles de usuarios del transporte público.