Uno de los principales retos a los que se enfrenta la industria aérea es cómo podrán los pilotos cumplir con los requisitos exigidos para renovar sus licencias mientras las flotas permanecen paralizadas. Mientras que los simuladores son una opción posible aunque complicada, la solución que gana más enteros son los vuelos fantasma.

Tal y como apunta On the Wings of Aviation, la última alternativa para las aerolíneas es realizar vuelos sin pasajeros solo para que los pilotos entrenen y completen con éxito los tres despegues y aterrizajes en los últimos 90 días.

Este tipo de vuelos fantasma habitualmente se suelen hacer en aeropuertos secundarios sin mucho tráfico, sin embargo, teniendo en cuenta la situación actual en la que los movimientos son mínimos en las mayoría de aeródromos del mundo, encontrar un lugar para realizar las prácticas no será una gran dificultad.

Se prevé que aerolíneas como Asiana, Korean Air o Lufthansa realicen este tipo de operaciones próximamente.

Los simuladores, un bien escaso

Algunos simuladores de nivel D, son igual de válidos para la certificación de pilotos. Sin embargo, son muy escasos y las restricciones de movimiento actuales hacen muy difícil que los pilotos viajen a los lugares donde hay simuladores disponibles. Además, su uso supone un alto coste para las aerolíneas, con precios que oscilan entre los 300 y 400 dólares por hora.

A todo ello hay que sumar que hay algunos para modelos de avión específicos que estarán muy demandados y tendrán una alta lista de espera.