Los bares libres de alcohol son todo un éxito en ciudades como Nueva York o Londres. Aunque el concepto pueda sonar, a priori, contradictorio, este tipo de espacios es cada vez más demandado por personas que prefieren no consumir bebidas espirituosas.

Tal y como informa BBC, Getaway es uno de estos santuarios para abstemios, ubicado en una avenida principal de Brooklyn (Nueva York). Su dueño, Sam Thonis, quien regenta el local junto con Regina Dellea, asegura que se le ocurrió la idea hace tres años, cuando buscaba un lugar donde salir de noche con su hermano, que no bebe, libre de alcohol.

Lo cierto es que este tipo de establecimientos se está convirtiendo en todo un reclamo, pues permite a aquellos que no beben alcohol, salir y socializar en espacios que tradicionalmente han estado relacionados con el consumo de esta sustancia, lo que también permite la inclusión de estas personas en el mundo del ocio nocturno.

En Estados Unidos también se pueden encontrar otros locales para abstemios. Es el caso de Vena's Fizz House en Portland (Maine) y de The Other Side en Crystal Lake (Illinois). En Londres, el bar Redemption cuenta con tres locales y, este enero, abrirá el pub sin alcohol The Virgin Mary en Dublín.

Esta tendencia, sin embargo, no es nueva. A finales del siglo XIX, abrió en Londres una serie de ‘barras de templanza’, como parte de un movimiento contra el consumo de alcohol. Precisamente, ahí radica la diferencia con el movimiento actual, en el que no se insta a las personas a no consumir.

Fuera como fuere, los nuevos bares libres de alcohol han despertado un debate especial entre los millennials, quienes se plantean el lugar que ocupa el alcohol en sus vidas. De hecho diferentes estudios apuntan que los jóvenes no beben tanto como antes. Por ejemplo, de una encuesta elaborada por la Oficina Británica de Estadísticas Nacionales a mayores de 16 años en 2016, se desprende que solo el 56% de los entrevistados había tomado una copa la semana anterior. Se trata del porcentaje más bajo desde 2005.

Por otro lado, el Registro Internacional de Vinos y Licores indicó, el pasado febrero, que el 52% de los adultos estadounidenses intenta reducir su consumo de bebidas espirituosas.