El avión presidencial de México no tiene pretendientes. La aeronave, un Boeing 787 Dreamliner con sala de juntas, restaurante y habitación, está en venta desde diciembre de 2018, debido a que el actual presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, se niega a utilizarlo.

Precisamente, López Obrador prometió en campaña electoral que pondría a la venta el aparato y así lo cumplió cuando salió electo. Incluso, se lo llegó a ofrecer a su homólogo estadounidense Donald Trump

Tal y como ha informado elEconomista.es, la polémica sigue girando en torno a esta acción impulsada por el presidente mexicano, especialmente por las alternativas que ha ofrecido a su venta: ofertarlo en un sorteo de Lotería Nacional (con 6 millones de boletos a 25 dólares cada uno), trocearlo en piezas para venderlo a diferentes compañías del país o intecambiarlo por equipo médico con las autoridades de Washington.

"Se vende, se renta o se rifa, pero yo no me voy a subir a ese avión. No puede haber un gobierno rico con un pueblo pobre", alegó López Obrador a este respecto. Al mismo tiempo, confirmó que a su Gobierno le está costando desprenderse del aeroplano: "No hay quien lo compre, imagínense, no lo tiene ni Donald Trump". 

El Gobierno mexicano adquirió el avión durante el mandatario de Felipe Calderón (2006-2012) y fue utilizado posteriormente por su sucesor Enrique Peña Nieto (2012-2018). El aparato está valorado en 2.500 millones de pesos, unos 134 millones de dólares, y tiene capacidad para 80 personas.