Esta semana Ibiza apareció en la prensa local, regional y nacional con titulares como Chabolismo en Ibiza: el desalojo de Can Rova, entre la desesperación y la rabia o Desalojan a cientos de personas con menores que vivían en caravanas y tiendas de campaña en un terreno en Ibiza. No son delincuentes, ni narcotraficantes. No, no son las barranquillas madrileñas.
 

También puedes encontrarte a miembros de las fuerzas de seguridad en prácticas, enfermeros, conductores de VTC y de taxi


Son trabajadoras y trabajadores que, algunos con sus familias, vienen a bregar la temporada, a ganar dinero para intentar llevar una vida digna. Y durante meses “viven” en tiendas de campaña, chabolas, autocaravanas y cartones.

Los habitantes de estos asentamientos cocinan en restaurantes, limpian habitaciones, te sirven una cerveza, manejan tus maletas en el aeropuerto… No sé en el caso de Can Rova, pero en otros similares, puedes encontrarte a miembros de las fuerzas de seguridad en prácticas, enfermeros, conductores de VTC y de taxi.

Una Ibiza que la mayoría de turistas y muchos de los que vivimos aquí no verán. Y en un tanto por cierto elevado, aunque supieran de su existencia, con perdón, se la sudaría.

El compartir estas noticias, el hablar de estas situaciones, no es “turismofobia”. Es constatar que algo no funciona. Que esta isla no es sostenible. Que debemos actuar para solucionar problemas urgentes como estos y debemos trabajar para mejorar la situación a medio y largo plazo.

Con el arranque de agosto inician las vacaciones para muchas personas. Para un par de centenares inicia una carrera, sin reglas, para conseguir un techo bajo el que poder dormir.

¡Feliz agosto para los que puedan!

 

*Antonio Martínez Beneyto, comunicación y RSC