¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos hoteles, más allá de sus habitaciones impecables, se convierten en verdaderos imanes para locales y viajeros? La respuesta, en muchos casos, reside en una gestión estratégica de su oferta de Alimentos y Bebidas (F&B). Para hoteles urbanos y resorts, el F&B ha dejado de ser un mero servicio complementario para transformarse en una poderosa herramienta de posicionamiento y rentabilidad.

El dilema del F&B en el sector hotelero


Durante años, y lo he vivido en primera persona en muchos establecimientos, el F&B era visto como un centro de costes, una necesidad operativa que, en el mejor de los casos, “no perdiera dinero”. La conversación se centraba en cómo minimizar pérdidas, no en cómo maximizar oportunidades. Sin embargo, esta visión está completamente desfasada. Hoy, un restaurante vibrante, una coctelería de autor con personalidad o una propuesta gastronómica innovadora pueden ser el diferenciador clave que atraiga a nuevos clientes, fidelice a los existentes y eleve la percepción de marca de tu establecimiento.

Pensemos en ello: en una ciudad, tu restaurante puede convertirse en un punto de encuentro social para los residentes, generando un flujo constante de ingresos y actividad que va más allá de los huéspedes. En un resort, una oferta culinaria excepcional no solo justifica tarifas más altas y mejora el RevPAR, sino que también crea experiencias memorables que los huéspedes querrán repetir y compartir, impactando directamente en la fidelización y el boca a boca.

La pregunta del millón es: ¿cómo transformar tu F&B de un gasto a un activo estratégico? No se trata de magia, sino de una combinación de visión estratégica y ejecución operativa sólida.

Define tu propuesta de valor única

¿Qué hace especial a tu oferta? ¿Es la cocina local con productos de cercanía, la sostenibilidad de tus ingredientes, un chef con una narrativa interesante, o una experiencia temática inmersiva que nadie más tiene? La clave es crear algo que no se encuentre en cada esquina. He acompañado a hoteles que, con una inversión contenida en diseño y una propuesta gastronómica honesta y bien ejecutada, han conseguido llenar sus mesas incluso en noches de baja ocupación hotelera, mejorando significativamente su aportación a la cuenta de resultados. No es solo la comida; es el concepto completo.

Integra F&B en la Narrativa del Hotel

Tu oferta gastronómica debe hablar el mismo idioma que el resto de tu marca. Si eres un hotel de lujo, tu F&B debe reflejar esa exclusividad en cada detalle, desde el servicio hasta la presentación. Si tu hotel es boutique y con un diseño vanguardista, tu carta y el ambiente del espacio deben seguir esa línea. La coherencia es fundamental para construir una identidad de marca sólida y que el huésped perciba un valor unificado.

Innovación y Experiencia más allá del plato

El público actual busca más que una buena comida; busca una experiencia que recordar. Desde catas de vinos con sumilleres expertos, clases de cocina interactivas, brunches temáticos que atraigan al público local, hasta pop-ups con chefs invitados o eventos gastronómicos. Estas iniciativas no solo generan ingresos adicionales y diversifican tus fuentes, sino que te posicionan como un referente culinario en tu destino. ¿Podría tu coctelería ser un referente local con una propuesta única? ¿O tu desayuno un motivo para visitarte aunque no seas huésped, convirtiéndose en un pull para el público externo?

Optimización operativa sin compromiso

Es cierto que la rentabilidad es clave. Pero optimizar no significa recortar calidad o reducir el personal hasta el límite. Se trata de analizar escandallos con lupa, negociar con proveedores de manera inteligente (aquí la visión de asset management es crucial para entender el impacto en la P&L a largo plazo), y gestionar eficientemente los equipos y los flujos de trabajo. He acompañado a directores que, revisando sus procesos de F&B de forma metódica, descubrieron eficiencias significativas que les permitieron reinvertir en la experiencia del cliente o en mejorar la ratio de personal por cliente, sin sacrificar la calidad.

 

El F&B no tiene ni debe ser el “patito feo" de la cuenta de resultados que simplemente "hay que tener". Es una oportunidad dorada para diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo, generar nuevas y sustanciales líneas de ingresos y, lo más importante, construir una reputación sólida que eleve el valor percibido de tu propiedad.

Si tu hotel aún ve el F&B solo como un servicio anexo o un mal necesario, es el momento de reevaluar esa perspectiva. ¿Estás listo para convertir tu oferta gastronómica en el motor de tu posicionamiento y rentabilidad? Es una conversación que vale la pena tener.

 

*Javier del Toro es CEO de HACHE Hospitality