Son las 14:55 hs del 18 de diciembre de 2022 cuando la Argentina estalla en una sinfonía fervorosa de gritos que celebran el título de la ansiada Copa Mundial de Fútbol. El Lusail de Catar se funde con otro colosal estadio, del tamaño de un país, en el cual cada ciudad y cada barrio conforman una tribuna.

El vibrar de las voces, ventanas y cornetas erizan la piel, millones de argentinos repiten incrédulos para sí mismos “somos Campeones del Mundo”. El equipo de 'los Lionel' (Messi y Scaloni) lograron la tercera para la Argentina.

Como había sucedido luego de cada triunfo de la selección, y como es tradición en la Argentina, las esquinas y plazas comenzaron a poblarse de alegría.

 

El Obelisco de Buenos Aires, el Patio Olmos en Córdoba, el Monumento a la Bandera en Rosario y cada plaza de cada rincón del país fueron copadas por multitudes de las más diversas, montando un espectáculo en sí mismo. Escenas de personas corriendo, saltando y gritando en aparente estado de confusión, abrazándose, mirando al cielo, arrodillándose o corriendo por autopistas son algunas de las postales. Paisajes de las masas autoconvocadas por la alegría, la pasión y el ser nacional.

Las imágenes más impactantes pudieron verse el día martes 20, decretado feriado nacional, para celebrar el campeonato junto con los 26 jugadores. Ese día se estima que hubo, repartidos en el trayecto que realizaría el micro que llevaba a los campeones, alrededor de 5 millones de personas en las calles. La multitud fue tal que el ómnibus no pudo llegar hasta el emblemático Obelisco.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esta crónica y la Copa del Mundo con el turismo?

La notoriedad de larga data de Messi, el desempeño futbolístico de la selección argentina en el mundial de Catar, el folclore desplegado por los hinchas argentinos presentes en los estadios y los multitudinarios festejos han puesto en las retinas de gran parte del planeta el nombre de la Argentina.

Esta fama, que probablemente se disipará cuando baje la espuma del Mundial, tiene una característica particular, puso sobre relieve rasgos distintivos de la esencia de los argentinos. Pasión, entrega, alegría, lealtad, locura.

Rasgos que, aunque rápidamente el mundial de Catar desaparezca de los titulares de los diarios y portales, van configurando en términos simbólicos lo que las personas de otros países conocen sobre el nuestro.

Foto: Vía Instagram (@leomessi)

Foto: Vía Instagram (@leomessi)

Alejandro Dolina, en su cuento “La refutación de los viajes” postula que hoy en día, viajar no implica mayor desafío.

En la época de los grandes viajes, un hombre occidental que alcanzaba a llegar a Pekín se ganaba el asombro general. Ir hasta el Congo y regresar vivo era hazaña que alcanzaba a justificar la existencia toda. (…) Se comprende, entonces, que lo verdaderamente admirable de una excursión gloriosa no reside en situarse en un punto más o menos lejano, sino más bien en hacerse cargo de las penurias del trayecto. El siglo XX ha eliminado casi todos los riesgos propios de los caminos (Dolina, A., 2006, p. 293).

Siguiendo el planteo de Dolina, las facilidades de hoy en día atentan contra el asombro y la aventuras propias de un viaje. Claro que existen múltiples formas y propósitos que nos motivan a viajar. Las populares vacaciones conocidas como “Sol y Playa” no buscan ningún tipo de aventura, más bien todo lo contrario. Pero cuando viajamos para conocer nuevos lugares u otros países, al menos implícitamente, buscamos sorprendernos, enfrentarnos a lo desconocido, emocionarnos.

Entonces, ¿cómo es posible vivir una “excursión gloriosa” en un mundo donde las comodidades nos evitan las penurias del camino? Incluso, ¿cómo es posible asombrarse en un contexto en el cual sabemos todo del destino antes de emprender el viaje?

En la actualidad podemos conocer cualquier atractivo del planeta sin movernos de nuestra casa a través de imágenes satelitales, de fotos y videos, de influencers o de los comentarios de otros viajeros. Pero lo que no podemos conocer desde nuestra casa es qué se siente estar ahí.

Nos pueden contar mil veces de mil maneras diferentes e ilustrándolo con mil imágenes y videos, la vivencia de estar parado frente a la inmensidad del Glaciar Perito Moreno, o en la pasarela de la Garganta del Diablo en las Cataratas del Iguazú (Argentina), pero estaremos muy lejos de entender qué se siente estar ahí.

La canción de cabecera de la hinchada argentina en Catar en un apartado decía “no te lo puedo explicar, porque no vas a entender” haciendo referencia a un sentimiento, a vivencias, en este caso negativas (las finales perdidas). Pero lo mismo cuenta para los festejos después de cada partido, y ni qué hablar del triunfo del 18 de diciembre.
 

Las formas de viajar y disfrutar los viajes han cambiado considerablemente en los últimos tiempos. Se ha pasado de una predominancia del ya mencionado “Sol y Playa”, el cual pone al turista en un lugar pasivo frente a la experiencia turística, a un turismo donde quien viaja adquiere un rol activo


Lo que vale la pena de un viaje es justamente vivirlo, experimentar lo que no se puede explicar de otra manera, ni a través de la tecnología ni del relato de otras personas. En el mismo sentido, las personas ya no quieren solo conocer el Glaciar, quieren caminar sobre él. Quieren formar parte activa en la experiencia de viajar.

Para quienes se dedican a la promoción turística, no es ninguna novedad lo que se describe en estos párrafos. Las publicidades ya no muestran imponentes paisajes, sino que colocan a personas disfrutando de ellos. Una rápida búsqueda de las imágenes de promoción utilizadas para el famoso programa “Previaje” nos permitirá constatarlo.

En el mismo sentido, en el 2022, el Ministerio de Turismo y Deportes lanzó el portal “La Ruta Natural” en el cual busca consolidar el posicionamiento del país como destino de naturaleza, pero abordando la promoción desde cómo pueden disfrutarse cada una de las rutas listadas a través de las secciones “Experiencias inolvidables” y “Formas de vivir la naturaleza”.

Tomando en consideración el foco en las búsquedas de vivencias memorables de los turistas de hoy en día. ¿Podría promocionarse a la Argentina poniendo en valor aspectos del sentir nacional evidenciados a lo largo de todo el mes mundialista?

Hasta la actualidad se han hecho publicidades que sacan provecho de estos aspectos, como la realizada por el canal TyC Sports previo al mundial de Sudáfrica en 2010, o el video recientemente viralizado que finaliza con la afirmación “Mierda, qué país”. Sin embargo, estos videos no apuntan a la promoción del turismo y son para un público nacional.

Evidentemente, los turistas extranjeros ya perciben algo de la idiosincrasia de los argentinos cuando nos visitan. Así lo demostró el Youtuber de viajes mexicano Alan x el mundo, que cuenta con 3,3 millones de suscriptores en su canal. En su visita al país presentó a la Argentina de la siguiente manera:

“Esta enorme nación parece no conocer los puntos medios, o te congela con sus paisajes patagónicos, o te enciende con el fuego del furor por el fútbol. Intensidad es probablemente la palabra que mejor los describe”. 

Considerando que la Argentina naturalmente transmite esta intensidad que menciona Alan en quienes vacacionan en el país, sumado a las imágenes replicadas a nivel internacional producto del mundial de fútbol, ¿podemos ilusionarnos frente a la oportunidad de que la Copa del Mundo nos permita seguir ganando?

Foto: Pixabay

Foto: Pixabay

Así como sucede con el mencionado programa de “La Ruta Natural”, apuntalar la promoción del destino Argentina y su fervor popular con productos o experiencias concretas donde los turistas puedan sentir esa pasión podría ser muy conveniente para el desarrollo del turismo.

Si bien es algo que en buena medida surge de manera espontánea, como cuando aterriza un avión en cualquier punto del país y los residentes aplauden vehementemente agradeciendo volver a tener los pies sobre la tierra. El trato que se ofrece en los servicios turísticos, cómo contamos nuestra historia y demás cuestiones que, en definitiva, tienen que ver con nuestra cultura. Para verdaderamente sacar provecho a esto es necesario construir productos donde los visitantes puedan sumergirse en ese sentir popular.

¿Cómo podemos promover esa inmersión en las aguas de la pasión de los argentinos? ¿Ya existen productos que permitan tener esa vivencia? ¿Es necesario construir esos productos?

Sin duda existen productos que nos permiten disfrutar del sentir popular. Pero aún tenemos mucho camino por andar para sacar más provecho. Entre los que ya existen, en la ciudad de Buenos Aires tenemos productos bien definidos, como asistir a un partido de fútbol de primera división, particularmente en la Bombonera, estadio definido por la revista “France Football” como el más “pasional” del mundo.

Pero también asistir a una auténtica milonga o a alguna de las experiencias gastronómicas como las que ofrece “The Argentine Experience” o “Fogón Asado Experience”, permiten experimentar rasgos de la cálida y vibrante cultura local.

No obstante, si queremos vivenciar esa pasión de los pueblos, la mejor alternativa podría ser la asistencia a Fiestas Nacionales y Populares. El Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación ha visualizado el potencial de estos eventos, particularmente para promover el turismo interno, lo cual es una excelente noticia. Pero, ¿podría pensarse también como atractor para el público internacional? ¿Qué sucede en otras partes del mundo?

Encontramos eventos deportivos, como el Rally Dakar, el Tour de Francia o la Maratón de Nueva York. También eventos socioculturales como el festival de San Fermín, las Fallas de Valencia, los Carnavales de Río de Janeiro y Venecia, el Oktoberfest de Múnich, el festival Holi en India, el día de los muertos en México, entre muchos otros.

Foto: Pixabay

Foto: Pixabay

¿Existe hoy en día algún evento deportivo, social y/o cultural en el que se fundan argentinos y extranjeros en su disfrute? Probablemente en el país existan más de mil fiestas y celebraciones, sin embargo, difícilmente encontremos festivales que justifiquen por sí solos la visita de turistas extranjeros. Lo cual, lejos de lamentarnos, podemos visualizarlo como una oportunidad para seguir potenciando la llegada de turistas desde el exterior.

España, uno de los países con mayor afluencia de visitantes del mundo, desde 1980 cuenta con una declaratoria para estos eventos denominada “Fiesta de Interés Turístico Internacional”. Esta declaratoria no implica 'per sé’ (por sí mismo) algún tipo de subsidio o asistencia técnica al respecto, pero sí suele ponderarse dentro de los criterios de los llamamientos públicos de subsidios.

¿Podríamos identificar y potenciar en la Argentina celebraciones de “interés turístico internacional”? Seguro que sí. No obstante, resulta crucial que esto no sea motivo para “adaptar” el evento para que sea más atractivo para el público internacional. Dado que esto impactaría en el disfrute de los locales, quienes hacen el alma de la fiesta y muy probablemente pierda esa magia que imprime la autenticidad.

En caso de que se opte por el camino de “internacionalizar” determinados eventos ubicados en diferentes puntos del país, debe buscarse mejorar la comunicación y adaptar las infraestructuras y servicios para un disfrute adecuado. Asimismo, será fundamental trabajar minuciosamente con los organizadores y comunidad que forman parte de las celebraciones para acordar capacidad de carga y otros criterios que garanticen la sostenibilidad y autenticidad del mismo.

La algarabía nacional generada por la obtención de la Copa en Catar expuso a la cultura argentina y su pasión frente a ojos del Mundo. El valor en términos promocionales de este acontecimiento es incalculable, y es un hecho que no ocurre con mucha frecuencia. La oportunidad de que Messi nos regale otro triunfo está a la vuelta de la esquina.