A pesar de ser “el segmento dentro del turismo que más crece”, la pandemia también ha supuesto un duro golpe para los cruceros. Así lo explica Alfredo Serrano, director nacional en España de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), en una entrevista en exclusiva para Tourinews. La CLIA –por sus siglas en inglés– es la patronal que representa a las navieras que operan los más de 300 barcos de cruceros que existen en el mundo.

El director explica que, durante 2021, la actividad de este sector en España ha sido escasa –ya que el levantamiento de la prohibición de los cruceros internacionales se “retrasó bastante”– y se ha concentrado especialmente en Canarias, gracias a los cruceros domésticos. Ahora, tras la reactivación, la variante ómicron está causando serias dificultades a las compañías, sobre todo en el Caribe y eso está afectando a las previsiones que tenían para invierno.

Pregunta (P): ¿Qué es CLIA?

Respuesta (R): CLIA, por sus siglas en inglés, es la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros. Por decirlo de alguna manera, somos la patronal que representa a las navieras que operan los más de 300 barcos de cruceros que hay en el mundo. Representamos al 95% de la flota y estamos presentes en los 17 mercados más importantes.
 

Alfredo Serrano dest

Alfredo Serrano dest

 

"España es el segundo país receptor de cruceros de Europa y el cuarto emisor de cruceristas y nos hemos estado activando gradualmente"

P: Parece que 300 barcos suenan a poco…

R: Efectivamente, yo creo que hay cierta desinformación con este tema. Afortunadamente, somos un sector que ha crecido mucho en los últimos años, pero el número de barcos todavía es relativamente pequeño, aunque, desde principios de siglo, estamos creciendo en dos dígitos y somos el segmento, dentro del turismo, que más crece. También es verdad que, cuando hablamos de barcos, estamos hablando, en algunos casos, de barcos con capacidad para 5.000 o 6.000 pasajeros, algo que no existe en ningún hotel del mundo.

P: Si todos esos barcos estuviesen cargados de pasajeros, ¿cuántas personas estarían viajando en ese momento?

R: Pues, si la capacidad media de los barcos fuera de 2.000 pasajeros, unos 600.000 turistas, aproximadamente. En un año normal, como fue 2019, el número total de cruceristas ronda los 30 millones.

P: En realidad, 600.000 pasajeros no son tantos, teniendo en cuenta que los cruceros siempre han sido muy criticados por su intrusismo en los destinos

R: Efectivamente, es una de las cosas que a nosotros nos choca, sobre todo, por parte de aquellos que nos quieren criticar que, en la mayoría de los casos, es sin mucho fundamento. Nosotros representamos menos del 0,5% de la flota mundial, ya que haciendo navegación internacional hay unos 60.000 o 70.000 barcos. Nosotros somos solamente 300. Incluso, cuando se habla de las cifras de turismo en general, de los 1.400 millones de turistas que ha habido en el mundo en un año como 2019, también somos una parte pequeña. Sin embargo, también es verdad que no estamos repartidos homogéneamente y hay sitios –por ejemplo, en Barcelona, Baleares o Canarias– donde tenemos una concentración muy importante y representamos un peso bastante superior.
 

clia

Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA)
 

P: ¿Cómo se ha desarrollado la temporada de 2021 y cómo ha afectado la pandemia al sector de los cruceros en España?

R: Desde la llegada del Covid-19, están siendo meses muy duros. Por nuestras peculiaridades y nuestra obsesión por la salud y la protección de las personas que hay a bordo de los barcos, ya muy al principio de la pandemia –incluso antes de que se declarara por parte de algunos gobiernos y que se confinase a la gente–, nosotros decidimos voluntariamente suspender las actividades. En el caso de España, fue más allá y se decidió prohibir la llegada de cruceros internacionales a nuestros puertos. Sí se permitieron los nacionales –llamados cruceros de cabotaje, que era un segmento que antes no existía– y eso permitió que durante el invierno de 2021 hubiera algo de actividad, sobre todo, en Canarias. Pero el levantamiento de la prohibición de los cruceros internacionales se retrasó bastante –hasta el mes de junio del año pasado– y, por supuesto, fue sustituido por medidas de protección impulsadas desde las propias compañías y dentro de la normativa que dictó el Gobierno español. Entonces, ha habido algo de actividad, aunque no mucha, pero evidentemente primero hay que levantarse y empezar a caminar, antes de volver a correr. España es el segundo país receptor de cruceros de Europa y el cuarto emisor de cruceristas y nos hemos estado activando gradualmente.



 

P: ¿Cuáles son las perspectivas para la temporada de invierno de 2022?

R: Las perspectivas para el invierno son buenas para Canarias, que está ahora en temporada alta, pero el resto de España está en temporada baja, así que habrá que ver cómo van evolucionando las cosas. En el resto del mundo sucede algo parecido. Es verdad que están siendo bastante golpeados por ómicron, concretamente en el Caribe, que es donde más actividad suele haber en invierno. Las compañías están sufriendo por el sobrecoste de las pruebas y los protocolos. Además, la tripulación es un segmento absolutamente necesario para poder operar y no está siendo ajeno a esta situación.

P: ¿Cómo hubiese terminado el año el sector de los cruceros, si no hubiese aparecido ómicron?

R: En España el cambio habría sido pequeño porque ómicron ha llegado en una temporada que no es la más alta. Donde más está afectando a la industria es donde están posicionados ahora mismo los barcos, que es principalmente en el Caribe. Ahí algunas compañías están optando por suspender la actividad en algunos de sus barcos porque está siendo complejo de gestionar, siempre buscando garantizar la salud de todo el mundo. Pero bueno, utilizar ahora mismo la palabra planes o expectativas es complicado, pero evidentemente ha impactado mucho y digamos que el invierno no está siendo ni mucho menos lo que parecía que iba a ser.

 

*Este artículo forma parte de una entrevista dividida en varios fragmentos.