Magaluf (Mallorca) sigue siendo un destino de borrachera, a pesar de los millonarios esfuerzos tanto públicos como privados. Esta es la conclusión a la que llega la prensa británica tras haber pasado unos días en la localidad calvianer en pleno arranque de la temporada turística.

Las palabras del alcalde de Calvià —municipio en el que se encuentra Magaluf—, Juan Antonio Amengual, habían resonado con fuerza entre los potenciales turistas británicos: “Casi dos millones de turistas visitan cada año Calvià, muchos de ellos británicos. Pero Magaluf no es la jungla, ni todos los británicos son incivilizados. Frente a la incivilidad tenemos tolerancia cero”. Por ello, periodistas de Reino Unido han visitado el destino para comprobar si estaban cumpliendo dichas restricciones.

Nos ofrecieron cocaína tres veces durante un paseo de cinco minutos por la playa, y dos veces más cuando llegamos a Carrer Punta Ballena, la zona de fiesta”, ha contado la propia reportera del diario Mirror.

Asimismo, una turista británica también ha narrado a la periodista cómo tuvo que auxiliar a una adolescente que presentaba indicios de haber consumido —probablemente de forma involuntaria— alguna sustancia estupefaciente.

El reportaje de Mirror también recoge que un grupo de hombres que se encontraban de despedida de soltero consiguió comprar alcohol fuera del horario autorizado. El mismo grupo también había conseguido comprar óxido nitroso —conocido como el gas de la risa— y la periodista asegura que les vio consumirlo en la vía pública.