La relación de la isla de Gran Canaria con los chiringuitos de playa bien podría tildarse de auténtica maldición. Si a las emblemáticas playas de Maspalomas y del Inglés les costó 20 años renovar sus kioscos, ahora otros dos arenales ubicados también en la localidad turística de San Bartolomé de Tirajana se han convertido en el centro de la polémica.

Y es que la playa de Las Burras ha estrenado esta semana, sin que nadie lo esperara, un nuevo chiringuito que cuenta con los permisos de Costas y con la preceptiva licencia municipal. Se espera que otro chiringuito igual se sume en esta misma playa y al menos otros dos similares se coloquen en San Agustín. Pertenece a la familia del Condado de la Vega Grande que, desde que fueron expropiados, tienen derecho preferencial de las concesiones desde el anexo de Playa del Inglés hasta Juan Grande. 

Instalación de los chiringuitos

Lejos de ser recibidos con entusiasmo, los vecinos, empresarios y asociaciones medioambientales han mostrado su descontento con su instalación.

“Nocturnidad y alevosía”

Si bien se podría señalar que se ha elegido un momento adecuado para su colocación ya que las playas no tienen actividad por las limitaciones impuestas para la propagación del Covid-19, lo cierto es que propietarios de apartamentos ubicados en Las Burras consultados por Tourinews critican que se haya llevado a cabo con “nocturnidad y alevosía”. De hecho, ya se ha creado una iniciativa a través de Change.org​ para pedir que el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana lo retire.

“Lo que se ha visto ahora es una falta de respeto en un momento de alarma. La gente está indignada”, comentan. Su ubicación ha hecho incluso que complejos turísticos hayan perdido de la noche a la mañana las vistas al mar y, por tanto, hayan perdido valor.

Chiringuito de Las Burras 2

Chiringuito de Las Burras 

Un área en pleno proceso de despegue

San Agustín es una de las áreas pioneras en el impulso del turismo en la isla de Gran Canaria, si bien, con el paso de los años se hacía patente la necesidad de un proceso de renovación que ha llegado de la mano de los últimos siete años de bonanza ya que hasta cinco hoteles de la zona han realizado o prevén inversiones de entre 12 y 15 millones de euros para renovar sus instalaciones.

Estos son el Gloria Palace San Agustín, el Bull Costa Canaria, Corallium Beach by Lopesan y el Hotel Don Gregory by Dunas, que ya culminaron sus reformas con el fin de buscar nuevos clientes; y el Meliá Tamarindos, que ha recibido recientemente los permisos para renovarse.

“En los últimos siete años de bonanza, el empresariado se está endeudando para mejorar. Y ahora, en una época de 'turismo cero' nos estropean la estrategia más importante de captar a un nicho de mercado de mayor poder adquisitivo en invierno”, critica Ángel Luis Tadeo, consejero delegado del Grupo Dunas.

Una estrategia de segmentación truncada

Explica que invirtieron 12 millones en la renovación del hotel Don Gregory con el fin de reconvertirlo de familiar a ‘solo adultos’ y así buscar a nuevos tipos de clientes. También se eliminó el modelo todo incluido y se desarrolló un servicio premium que aumentaba el coste extra por persona y noche sobre la media pensión en 50 euros y permitía comer a la carta. Con esas medidas, aclaran, se bajó la media de edad de los clientes entre 20 y 25 años.

Y es que su objetivo es seducir a un público más joven que el habitual: “Consideramos que hay un grupo de 35 a 55 años, que disfruta en la Península y Baleares del verano, para el que podríamos ser los perfectos candidatos de invierno. En Grupo Dunas prevemos que a partir del próximo invierno y los próximos años, la gente mayor, clientes asiduos de esta zona, tendrá miedo de venir por el coronavirus. Necesitamos un push, un revulsivo en la isla de Gran Canaria. Hay que segmentar y desarrollar una estrategia de ocio diurno y nocturno que se sume a las ya existentes de cicloturismo, turismo LGTB, Carnavales, etc. Es una entrada de negocio importantísima de la isla que no podemos dejar pasar”.

No obstante, consideran que esta estrategia se ve truncada con la instalación de estos chiringuitos de playa, uno de los cuales se ubica justamente a las puertas del Don Gregory. “Los empresarios hemos asumido un riesgo y hemos invertido. La gente quiere disfrutar de una paella, una fideuá o un espeto en la arena de la playa y experimentar nuevas experiencias. No nos merecemos esta oferta complementaria en San Bartolomé todos aquellos que hemos apostado en los próximos 20 años”.

Chiringuitos dignos

“No es que no queramos chiringuitos. Pero los queremos con buenas hamacas, con buen servicio, con empleados con idiomas, etc. El empresariado desde hace 20-30 años está pidiendo unos chiringuitos dignos al igual que los tienen Mallorca, Ibiza, Marbella, Cádiz e incluso Tenerife”, reclama Tadeo.

Chiringuito Waikiki en Tarifa

Chiringuito Waikiki en Tarifa. Foto: Juan Ferrer

“Ahora nos ponen esos cajones. Nos estamos jugando mucho para que sigamos con el mismo concepto de chiringuito cutre. Llévenselos y tírenlos a la basura porque no sirven para competir. Déjennos trabajar a todos los comerciales que hemos vendido estas islas 25 años en WTM, en ITB y en FITUR”, continúa.

Los empresarios están convencidos de que se tiene que revitalizar el ocio complementario diurno y nocturno para poder competir con Turquía, Egipto y Túnez. Reclaman que hacen falta buenos restaurantes, pubs, locales de ocio nocturno, así como ofrecer una experiencia diferenciadora, para lo que los buenos servicios en la zona náutica, las hamacas y los chiringuitos “son estratégicos”. 

 

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Le Club situado en Playa de Fañabé - Tenerife