En un mismo día, el domingo 18 de octubre, dos portadas de la prensa española coincidían en los quioscos y resumían perfectamente la tormenta perfecta que se cierne sobre las Islas Canarias: el diario regional de mayor difusión, La Provincia, alertaba sobre el estallido de una crisis social y económica, provocada por la paralización casi total del turismo; por su parte El Mundo, de tirada nacional, ponía el foco en una crisis migratoria que está desbordando al archipiélago español. 
 

Portada La Provincia

Portada La Provincia

Esta segunda portada compara Canarias con Lampedusa, isla perteneciente a Italia cuyo nombre antes evocaba turismo y playas y hoy, sin embargo, es sinónimo de inmigración. En este caso, la isla mediterránea se ha convertido en punto principal de entrada a Europa para inmigrantes procedentes de África. Algo similar a lo ocurrido con la isla griega de Lesbos. Fuentes del sector consultadas por Tourinews temen que, ahora, Canarias tenga el mismo futuro que estos otros destinos turísticos.
 

Portada de El Mundo

Portada de El Mundo

El Covid paraliza la locomotora turística

Con el estallido de la crisis del Covid, Canarias ha visto su locomotora económica totalmente paralizada. Y es que el 35% del PIB y el 40,4% del empleo en las Islas dependen, directa e indirectamente, del turismo. Con la actividad totalmente bloqueada desde marzo, todas las esperanzas han estado puestas en que los corredores turísticos seguros comenzaran a funcionar para poder salvar algo de la temporada invernal —la principal para el archipiélago atlántico—. Y es que este invierno 20/21 es ya la tercera temporada turística de Canarias "herida" por la pandemia. Mientras llega o no llega la ansiada salvación con los corredores aéreos, desde el Comité Europeo de las Regiones (CDR), entidad de la Unión Europea, han alertado de que Canarias está en riesgo de sufrir una crisis social sin precedentes, ya que 4 de cada 10 ciudadanos podría perder su trabajo.
 

Este invierno 20/21 es ya la tercera temporada turística de Canarias "herida" por la pandemia


Avalancha de migrantes

A esta crisis social y económica se suma la citada crisis migratoria. Desde el 1 de enero al 15 de octubre de 2020 han llegado por vía marítima 8.102 inmigrantes de manera irregular, 2.021 de ellos en la primera quincena de octubre. Se trata de cifras muy superiores a las de 2019, cuando arribaron 2.698 personas y, mucho más de 2018 cuando se contabilizaron 1.266 inmigrantes. Si bien no se espera que se alcance el récord registrado en 2006, cuando durante la llamada 'crisis de los cayucos' llegaron a Canarias 36.000 personas, lo cierto es que la tendencia ascendente es preocupante.

La solución cómoda

Por el momento, la gestión de esta situación de carácter humanitario ha empezado con mal pie: ante la ausencia de centros adecuados para la acogida de estos migrantes, las instituciones públicas han recurrido a utilizar los alojamientos hoteleros. Sirva como ejemplo el caso de la isla de Gran Canaria que, circunstancialmente, cuenta con un 94% de sus plazas hoteleras y extrahoteleras libres por la falta de turistas.
 

Hay miedo a que lo que aparece hoy en las portadas nacionales, llegue a los medios de comunicación internacionales


Lejos de seguir las recomendaciones de la patronal turística FEHT sobre el uso de los hoteles como residencia para migrantes, las administraciones se han acomodado con este "apaño", y lo que nació como solución puntual y de urgencia puede ser, de perpetuarse, un grave error y un peligro para la imagen turística. Fuentes del sector afirman que hay miedo a que lo que aparece hoy en las portadas nacionales, llegue a los medios de comunicación internacionales y que Canarias pase a convertirse, también fuera de España, en la nueva Lampedusa o en Lesbos, que hoy copa portadas por el campo de refugiados de Moria y no por sus playas turquesas.
 

Las Islas Canarias o "la otra Lampedusa" se podrían enfrentar a un futuro poco halagüeño si las autoridades españolas no aplican las medidas necesarias 


Efectos turísticos de una gestión deficiente

Precisamente esta isla griega, Lesbos, era un destino alternativo a las más masificadas Rodas y Creta. En 2015 recibió un total de 75.000 turistas, pero a mediados de ese mismo año se desató una crisis migratoria y más de 500.000 refugiados sirios recalaron en sus costas. Las cifras de turistas en 2016 cayeron drásticamente (cerca de un 60%), situándose en los 32.000 visitantes. También pasó de contabilizar 94 escalas de cruceros en 2011 a solo una en 2018.
 

Gestionar mal un asunto humanitario de estas características puede enturbiar la imagen internacional de un destino vacacional 


Las Islas Canarias o "la otra Lampedusa" se podrían enfrentar a un futuro poco halagüeño si las autoridades españolas no aplican las medidas necesarias para evitar que se deteriore la imagen exterior de un destino turístico de primer orden mundial. Y es que gestionar mal un asunto humanitario de estas características puede enturbiar la imagen internacional de un destino vacacional que intenta, no solo recuperarse del primer cero turístico de su historia, sino además aprender a lidiar con la existencia y permanencia del Covid.