El denominado “turismo de borrachera” se ha convertido ya en un considerable problema para las líneas aéreas que operan en Europa. En Reino Unido, los incidentes vinculados al consumo de alcohol a bordo de aviones han aumentado un 600% en solo unos años. El gigante del lowcost Ryanair se ha propuesto abordar la cuestión y ha planteado a las autoridades que se estudie limitar la venta de bebidas alcohólicas antes de los vuelos.

Lo que se pretende evitar con la propuesta son situaciones en las que los viajeros se ven obligados a compartir los reducidos espacios de un avión con turistas borrachos.

En España, los aeropuertos y destinos vacacionales más afectados por este tipo de incidentes, que pueden poner en serio riesgo la seguridad de los vuelos, son los de Alicante, Palma e Ibiza.

Hace tan solo unos días, el comandante de un vuelo de Ryanair expulsaba de un avión a un grupo de mujeres que celebraban una despedida de soltera y habían decidido comenzar la fiesta en el avión.

Este tipo de incidentes pueden poner en riesgo la seguridad de los pasajeros o provocar que los vuelos se suspendan o aterricen en lugares diferentes del destino marcado. "Si fuera una amenaza y no se pudiera controlar a bordo, lo que haríamos sería desviarnos al aeropuerto más cercano y desembarcar", han afirmado fuentes del SEPLA.

Por todas estas razones, Ryanair ha planteado también la posibilidad de establecer el uso obligatorio de tarjetas de embarque en la compra de bebidas alcohólicas en el aeropuerto, para poder limitar a dos las consumiciones por viajero.