La presencia de los jefes suele generar cierta presión, casi siempre por el hecho de sentirse observado, de querer mostrar lo mejor de uno mismo y, por encima de todo, evitar meter la pata.
Justamente eso le ocurrió a la tripulante de cabina Maddie Peters en un vuelo de American Airlines, compañía para la que trabaja, que conectaba Phoenix (Arizona) con Dallas (Texas) el pasado domingo 7 de abril. Uno de los pasajeros del vuelo era, precisamente, Doug Parker, presidente y CEO de la aerolínea.
Al parecer, a la tripulación le había advertido de que Parker viajaría a bordo. “Sabíamos que iba a estar a bordo y tenía que dar lo mejor de mí”, confesó Peters, de 28 años. Pero la suerte no estuvo de su lado.
No obstante, Doug Parker se lo tomó con humor. Decidió acudir a la galley o ‘cocina’ de la aeronave para tranquilizar a Peters. “¿Estoy despedida?”, le preguntó la joven, “por supuesto que no”, contestó él. El mal trago finalmente se convirtió en una anécdota más para el historial de Peters.
La joven ha visitado 32 países en los cuatro años que lleva con la compañía. “Cuando bajaba del avión (Parker) me dijo que nunca me olvidaría. Supongo que eso es algo bueno, ¿no?”, reflexionó la tripulante.