Pedro Nuno Santos, ministro de Infraestructuras y Vivienda de Portugal, ha presentado su dimisión por una polémica vinculada a la gestión de TAP, la aerolínea de bandera del país luso y de propiedad pública, tras ser rescatada por el Estado en plena crisis pandémica.

500.000 euros: esta ha sido la cifra de la discordia que ha revolucionado el panorama político luso y ha acabado con varias carreras.  El medio O Correio da Manhã, ha destapado que Alexandra Reis recibió dicha suma de dinero en forma de indemnización, tras ser destituida del Consejo de Administración de la línea aérea, a principios de 2022 y dos años antes de que acabara su contrato. Paradójicamente, cuando salió del Consejo se emitió un comunicado oficial que afirmaba que la dirigente renunciaba voluntariamente a sus funciones, obviándose cualquier tipo de indemnización.

 


Curiosamente, poco tiempo después de su salida de la aerolínea, el Gobierno nombró a Reis presidenta de Navegación Aérea de Portugal (NAV) y, en diciembre, secretaria de Estado de Hacienda.  Al conocerse el "escándalo del medio millón", el Ministro de Finanzas, Eduardo Medina, decidió despedirla de su cargo como secretaria de Estado. 

Caen más figuras


Aun así, la presión de la oposición política no se detuvo: por una parte, se exigió a TAP nuevas explicaciones públicas sobre el despido/cese. Si bien el equipo jurídico sí que pudo justificar el pago de la indemnización, no pudo explicar el motivo del despido. Esto último ha forzado al ministro de Infraestructuras a dejar su cargo, pues fue él quien lo autorizó en última instancia.

El futuro de TAP
 

En medio de la discusión política se anunció la inyección de 980 millones para recapitalizar la compañía, la cuantía que restaba para que se completara el plan de rescate por el que la Administración lusa se hizo con el 72,5% de la aerolínea. 

El plan previsto por el propio Santos pretendía, tras completarse el pago del rescate, que el Gobierno vendiera al menos el 50% de su accionariado en la aerolínea, reprivatizando de nuevo la empresa que gestiona casi el 50% del turismo que llega al país. Potencias del sector como Lufthansa, Air France-KLM e incluso IAG estarían interesadas en la adquisición, de mantenerse el rumbo establecido por el ya exministro.