Los Juegos Olímpicos de Tokio no se celebrarán en este 2020 debido a la crisis global generada por el coronavirus Covid-19.
El martes, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, mantuvieron una videoconferencia en la que acordaron aplazar definitivamente el mayor evento deportivo mundial, que tiene lugar cada cuatro años.
En la reunión también participaron, entre otros, el presidente del Comité Organizador de Tokio 2020, Yoshiro Mori; la alcaldesa de Tokio, Resultados de la búsqueda Yuriko Koike; el director general del COI, Christophe De Kepper; y el director ejecutivo de los Juegos Olímpicos, Cristopher Dubi.
Tokio
Todos has coincidido en su preocupación sobre la pandemia y sobre cómo ha modificado las vidas de todos, especialmente el impacto que han tenido en la preparación de los atletas. Esto, unido a lo impredecible de la propagación del brote de coronavirus y a la intención de salvaguardar la salud de todos los implicados en el evento, ha llevado a los organismos involucrados en la organización decidir el aplazamiento de las XXXII Olimpiadas y también de los Juegos Paralímpicos.
Han determinado, asimismo, que se pospondrán a una fecha que no sobrepasará el verano de 2021.
Por último, han destacado que los JJ.OO. podrían ser “un faro de esperanza para el mundo en estos tiempos difíciles” y que por ello la llama olímpica permanecerá encendida en Japón.
Antorcha Olímpica
Mala suerte
Lo cierto es que el país nipón necesita la esperanza de la antorcha olímpica y es que ya había recibido un duro revés con la celebración del Mundial de Rugby 2019, que fue considerado como un ensayo de los JJ.OO. En este caso, un tifón obligó a la suspensión de varios encuentros por primera vez en la historia de la competición.
Un mazazo al turismo de Japón
Hasta esta crisis global del Covid-19, Japón estaba en escalada turística. En 2019, el país nipón rozó los 31,9 millones de visitantes internacionales y esperaba con el respaldo de los Juegos Olímpicos batir un nuevo récord.
El Ministerio japonés de Turismo había estimado en 600.000 el número de visitantes extranjeros que llegarían con las Olimpiadas, cuyo coste de organización es de 11.500 millones de euros.
