El ocio nocturno y el descanso siempre han estado reñidos. Esta difícil convivencia es bastante recurrente en el ámbito turístico, donde algunos buscan descanso y relajación, pero otros, diversión y fiesta nocturna. Para este último caso, desde hace unos años se ha empezado a desarrollar un nuevo concepto de ocio discotequero o de eventos al aire libre, conocido como silent disco/party o discoteca/fiesta silenciosa. 

El concepto es simple, pero efectivo: un bar, sala de fiestas o evento multitudinario contrata a una empresa que desarrolla cascos de sonido para que los asistentes puedan disfrutar de la música que prefieran de forma individual y al volumen que les resulte más cómodo. 


El sistema prevé una serie de colores para los auriculares con el objetivo de que las personas identifiquen fácilmente a los que están escuchando el mismo tipo de música. Rojo, azul y verde son los más típicos para diferenciar los estilos más recurrentes en el ámbito del ocio nocturno, como pop, rock, techno o reggaeton

Esta reinvención del disfrute musical ha ayudado a diversos negocios en España a esquivar multas, cierres o limitaciones de sonido, ya que las antiguas sesiones a altos niveles de decibelios son sustituidas por curiosas escenas de individuos bailando a un ritmo silencioso, solamente interrumpido por las voces que acompañan cantando o tarareando esos compases muteados.