El pasado lunes 10 de julio Thomas Cook obtuvo una victoria muy importante con respecto a las reclamaciones falsas por intoxicación alimentaria. El touroperador británico se defendió exitosamente en los juzgados, pero más que un hito es un mensaje de advertencia: “Este es el primero de una serie de casos que vamos a llevar a los tribunales cuando sea necesario porque consideremos que las reclamaciones por enfermedad no se denunciaron durante el transcurso de las vacaciones y que demuestran una clara falta de pruebas”.

Justamente este primer caso en el que Thomas Cook ha tomado acciones legales ha estado estrechamente ligado a España, ya que la reclamación en cuestión afectaba al HD Parque Cristóbal, en Playa del Inglés (Gran Canaria).

Julie Lavelle y su pareja, Michael McIntyre, reservaron unas vacaciones ‘todo incluido’ de 14 días (del 29 de julio al 12 de agosto de 2013) para pasar las vacaciones junto a sus dos hijos de 3 años y 14 meses, respectivamente. Tres años después, en mayo de 2016, presentaron, a través del bufete Bridger & Co of Landovery Carmarthernshire, una carta en la que alegaban que toda la familia había sufrido gastroenteritis durante las vacaciones, solicitando una compensación por daños de 10.000 libras (aproximadamente 11.200 euros).

Buffet en HD Parque Cristbal Gran Canaria/ Destinia

La familia sostenía que habían tenido síntomas de la enfermedad desde el tercer día de sus vacacionas hasta que volvieron a Reino Unido. Sin embargo, el touroperador rebatió este argumento mediante algunas pistas recopiladas:

En un cuestionario de feedback en el vuelo de vuelta, no habían indicado ningún tipo de incidencia o enfermedad. De hecho, indicaron que el servicio había sido “bueno o excelente”.  Ante la prueba, la defensa del señor McIntyre fue asegurar que había completado el cuestionario tras haber bebido seis pintas de cerveza (aproximadamente 3 litros) y que su objetivo marcando su satisfacción era ser premiado con los incentivos que ofrece habitualmente el organizador de viajes.

Por otra parte, aseguraron que los pequeños habían sufrido diarrea y vómitos durante las últimas jornadas del viaje, sin embargo, en el tribunal señalaron la inconsistencia de estos síntomas con la falta de tratamiento médico o notificación a los trabajadores del hotel. Es más, destacaron que fueron capaces de soportar un vuelo de 4 horas sin ningún tipo de incidente, retomando su vida cotidiana (trabajos y guardería) nada más regresar a Reino Unido.

Suscripción

Por todo ello, el magistrado del Tribunal del Condado de Liverpool concluyó que los reclamantes en cuestión habían sido “deshonestos y no habían sufrido ninguna enfermedad en absoluto”. Por lo general, pese a perder el proceso la justicia británica exime a los denunciantes de pagar los costes legales. Sin embargo, este veredicto, por el que se demuestra que existía una mala intención, obliga a los demandantes a pagar los costes judiciales que ascienden a las 3.744 libras (4.195 aproximadamente) que tendrán que abonar en los próximos 28 días.

Desde Thomas Cook consideran este caso como un “claro mensajes a los demandantes: no pagaremos indemnizaciones que creamos fraudulentas y tomaremos acciones legales en caso de ser necesario”.

Los responsables de la filial británica del touroperador también esperan que este tipo de veredictos sienten jurisprudencia y aumenten “la conciencia judicial sobre los problemas de la industria”. También estiman que servirá para disuadir a los defraudadores de que los tribunales no fallarán a su favor ni aceptarán pruebas sin validez.

Chris Mottershead, director gerente de Thomas Cook UK, ha asegurado que “están satisfechos con el fallo a su favor. No es agradable para nosotros tener que cuestionar la credibilidad de nuestros clientes en los tribunales, pero el elevado aumento de reclamaciones por enfermedad ponen en peligro las vacaciones de todos los clientes británicos”.