El boom turístico en Islandia preocupa al gobierno del país. Por ello, lanzarán un nuevo impuesto al turismo, aunque aún están estudiando el mejor método para aplicarlo. Entre las opciones que baraja el gobierno islandés se encuentra gravar las estancias en los hoteles o imponer a los touroperadores el pago de una licencia para poder operar.

Según ha publicado ‘La Vanguardia’, la nación de fuego y hielo recibió a 2,3 millones de personas en 2017, lo que supone una nueva cifra récord. Hace tan solo seis años apenas se llegaba a los 500.000. La población es inferior a 340.000 habitantes. 

Dos de las principales razones por las que el destino se ha puesto de moda son: la caída de su moneda y la serie ‘Juego de Tronos’ . 

Thordis Kolbrún Reykfjord Gylfadóttir, ministra de Turismo, ha declarado: “El sector y todos nosotros tenemos que tener cuidado de no ser víctimas de nuestro propio éxito”. A la política le preocupa que el exceso de visitantes arruine la experiencia turística y dañe los tesoros naturales como el balneario geotermal Laguna Azul o el lago glaciar Jökulsárlón.  "Algunas áreas son simplemente incapaces de recibir a un millón de visitantes cada año”, señala. 

Hace unos meses el Ejecutivo del país protagonizó una batalla contra Airbnb para limitar a 90 días el tiempo máximo que se pueden alquilar viviendas a turistas. Ahora baraja subir los precios de los hoteles u obligar a los operadores turísticos a comprar una licencia.