En los últimos años se ha producido un descenso significativo del número de abejas en todo el mundo. Son varios los factores que afectan a estos insectos, como el uso de agroquímicos, enfermedades patógenas, cambio climático o la introducción de especies foráneas. No obstante, las abejas que habitan en Isla de Pascua (Chile) son ajenas a todas estas amenazas, por lo que la ínsula podría convertirse en reserva mundial de material genético para exportar abejas reinas en el futuro. 

Según ha informado ecocolmena, las abejas fueron introducidas en la isla chilena en el año 1850, desde entonces se han utilizado para la polinización de mangos, piñas, plátanos, guayabas y flores de la pradera. A su vez, son las únicas, junto con las que habitan en Australia y Nueva Zelanda, que no sufren las enfermedades patógenas, provocadas por ectoparásitos, polillas o pesticidas, que asolan al resto de la población mundial. 

En este sentido, un estudio elaborado en 2016 por el Centro para el Emprendimiento Apícola de Universidad Mayor (CeapiMayor), Corporación Apícola Chile (CACH) y la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), determina que las abejas de la Isla de Pascua están libres de ácaros, virus y bacterias que están presentes en el resto del mundo. Tras 50 años sin entrar en contacto con otros individuos estos insectos podrían ser una especie única. 

Tanto las abejas silvestres como las que viven en cautividad en la isla no presentan los cuatro patógenos que ocasionan el 60% de las muertes de colmenas a nivel mundial. Además, no existen residuos peligrosos que puedan traspasarse a la miel. Este hecho, podría convertir a la isla en reserva mundial de material genético para exportar abejas reinas en un futuro. Sin embargo, aún existen diferentes retos por afrontar, como el estudio de la genética particular de estas abejas. Isla de Pascua también busca el certificado que ratifica que sus abejas están libres del ácaro varroa, distintivo que solo ostentan Australia y una isla al sur de Nueva Zelanda.