La Cuenca del Okavango (Angola, Botsuana y Namibia) abarca más de 35.000 kilómetros cuadrados. En ella habita la mayor manada de elefantes africanos del mundo, así como otras especies como leones, leopardos, jirafas, anfibios, reptiles y aves, además de flora poco común. Ahora, el tesoro que alberga podría estar en peligro por unas prospecciones petrolíferas y de gas natural que se han autorizado en la zona.

Tal y como recoge National Geographic, la empresa canadiense ReconAfrica ha obtenido licencia para explorar la existencia de dichas fuentes en un territorio repartido entre Namibia y Botsuana. Estiman que este lugar se podría convertir en el mayor complejo petrolífero del mundo, pudiendo llegar a generar cerca de 31.000 millones de barriles de crudo.

La compañía ya ha obtenido el permiso de Namibia para iniciar las prospecciones, mientras que el permiso por parte de Botsuana está siendo tramitado. Si finalmente se halla petróleo, la intención de la empresa es explotar los pozos de petróleo mediante “estimulaciones modernas de fracturación” (fracking), una técnica que consiste en inyectar fluidos a alta presión para abrir la roca, un modelo que requiere grandes cantidades de agua y que puede provocar terremotos.
 

Elefantes africanos

Elefantes africanos

Peligro medioambiental

Ecologistas y comunidades de la región están alertados ante este proyecto porque consideran que estos trabajos ponen en peligro los recursos hídricos de las 200.000 personas que viven en el área y de las especies silvestres que habitan en ella, muchas de ellas amenazadas. World Wildlife Fund (WWF) apunta que la construcción de infraestructuras como carreteras, oleoductos o edificios podría “afectar negativamente a un hábitat importante para los animales, a las rutas migratorias y a la biodiversidad”.

Y es que la concesión hecha a la empresa canadiense se solapa con el Parque Nacional de Mangetti, Lugar Patrimonio Mundial de las Colinas de Tsodilo y seis reservas de especies silvestres locales. Además, colinda con el Parque Nacional de Bwabwata, el Parque Nacional de Khaudum y el Lugar Patrimonio Mundial del Delta del Okavango. También alberga rutas migratorias para la mayor población de elefantes que queda en el mundo.

En peligro también el turismo

Además de flora, fauna y el agua, estas perforaciones petrolíferas ponen en peligro una de las principales fuentes económicas de la zona: el turismo. “Nuestros ingresos proceden de la fauna y los turistas, pero si viene esa industria petrolera lo destruirá todo”, ha explicado Jacob Hamutenya, presidente del área de conservación George Mukoya.