El pasado martes China legalizó el uso de huesos de tigre y cuernos de rinoceronte para fines científicos y medicinales. Una medida que no ha sido bien recibida por los ecologistas y que sorprende, debido a que el gigante asiático había lanzado políticas de protección para los animales en peligro de extinción en los últimos años.

Según informa Sur, la nueva normativa supone el fin de la prohibición total del uso de estos huesos, que solo podrán utilizarse para "fines científicos", bajo autorización previa y "medicinales siempre que (los animales) procedan de granjas". Los medicamentos resultantes solo podrán ser recetados y administrados por "médicos acreditados ante la Administración Estatal de Medicina Tradicional China". 

El país seguirá prohibiendo la venta, compra, importación o exportación de productos relacionados con rinocerontes y tigres. Por ello, Pekín aseguró que perseguirá a aquellos que incumplan las normas. Sin embargo, los ecologistas consideran que es imposible diferenciar el polvo de cuerno de rinoceronte o de hueso de tigre procedente de animales salvajes o criados en granjas. Distintos activistas, a su vez, llevan años exigiendo el cierre de estas granjas, que funcionan gracias a un "vacío legal". 

La organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) aclara que el "cuerno pulverizado de rinoceronte se utiliza como cura para las más variopintas enfermedades: desde resacas a fiebres", y, últimamente, "como remedio para el cáncer". Con el polvo de hueso de tigre ocurre algo similar, ya que se utiliza para sanar dolores de espalda o reuma. 

A este respecto, Margaret Kinnaird, responsable de WWF, denunció que "con las poblaciones de tigres y de rinocerontes en mínimos y bajo amenaza constante, legalizar el comercio de partes de sus cuerpos es una gran irresponsabilidad". Mientras, que Rafael Salvador, especialista en criminología medioambiental, denunció la existencia de las granjas de tigres y rinocerontes, donde las condiciones de vida son "terribles".