El pasado jueves, un vuelo de la compañía israelí El Al Airlines sufrió un retraso de una hora, provocado por cuatro pasajeros de la rama ultra-ortodoxa del judaísmo que no querían volar al lado de mujeres.

Según ha informado Travel Pulse, el incidente, que tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York, fue denunciado por Khen Rotem, uno de los pasajeros a bordo de la aeronave, a través de Facebook. Rotem manifestó que uno de los hombres era muy conservador y que, incluso, se adentró en el avión con los ojos cerrados para evitar mirar de refilón a las viajeras.

Una vez dentro de la aeronave, estos pasajeros se mantuvieron de pie en señal de protesta, ya que no querían sentarse al lado de mujeres. Al mismo tiempo, cuando la tripulación de cabina se dirigió hacia ellos para solventar el problema, ignoraron a las azafatas. Por lo que, solamente los miembros masculinos pudieron intervenir.  

En este momento, los señores fueron advertidos de que si no se sentaban tendrían que abandonar el avión. Sin embargo, la tripulación cambió de parecer tras unos minutos de negociación y preguntó si había algún voluntario que intercambiara su asiento con el de estos viajeros, siendo esta una medida que la normativa de la compañía no contempla. Finalmente, una mujer estadounidense de 70 años y otra joven israelí decidieron ceder sus asientos.

Al respecto, Dana Cohen-Lekah, jueza de la Corte de Magistrados de Jerusalén, sentenció que “bajo ninguna circunstancia puede un miembro de la tripulación pedirle a un pasajero que se mude de su asiento designado” por razones de sexo. Mientras, la compañía israelí pidió disculpas por los “inconvenientes causados” a través de un comunicado y aseguró que “cualquier discriminación por parte de los pasajeros está absolutamente prohibida”.