Las visitas de celebrities suelen impulsar a los destinos al estrellato. El valor promocional de aparecer en cientos de medios de comunicación de toda índoles es incalculable y, dependiendo de la imagen que proyecta el famoso, la zona turística adquiere un nuevo estatus global.

No obstante, para destinos tan conocidos como Aspen (Colorado) la visita de la familia Trump en todo su conjunto puede considerarse como algo negativo más que una gran ventaja y es que el gran seguimiento mediático que suscita el clan del magnate puede ser motivo de molestia para el resto de visitantes, la mayoría de ellos neoyorkinos adinerados, de este conocido lugar de esquí.

Los hijos y nietos del presidente de Estados Unidos (13 personas en total) pretendían pasar su ‘spring break’ practicando esquí, pero la comitiva de seguridad compuesta por 100 agentes del Servicio Secreto, además de los medios de comunicación, ha sido excesiva para esta población de 7.000 habitantes.

Desde la dificultad para reservar restaurante a las retenciones de tráfico todo parecen haber sido molestias.  En un plano más político otros han hecho referencia al gran gasto para las arcas del país que supone la protección de una familia tan numerosa.

Está por ver si las nevadas montañas de Aspen pierden visitantes después de una visita de pocos días de la familia Trump.