El pasado 10 de febrero, el vuelo FR9525 de la compañía Ryanair sufrió una pérdida de las comunicaciones, dos horas después del despegue y fue interceptado por aviones de combate F-16 del escuadrón Quick Reaction Alert, pertenecientes a la Fuerza Aérea Belga (BAF).

El vuelo comercial operado por un Boeing 737-800, había partido del Aeropuerto Internacional de Lublin, en Polonia, y se dirigía hacia el Internacional de Londres-Stansted, según ha publicado ‘The Irish Post’.

Tras varios intentos fallidos del control de tráfico aéreo por comunicarse con la aeronave, la BAF decidió desplegar dos F-16 que interceptaron al Boeing 737 cuando se encontraba a 36.000 pies de altitud, cerca de Rotterdam (Holanda).

Tras pocos minutos, el vuelo de Ryanair pudo restablecer las comunicaciones y sus tripulantes indicaron, a través de la frecuencia, que habían tenido una falla temporal en los sistemas de comunicación y que el vuelo no se encontraba bajo ninguna amenaza. Poco tiempo después, el avión de la aerolínea irlandesa aterrizó con normalidad en Londres.