Los noruegos están cada vez más concienciados con el medioambiente. La semana pasada, el gobierno del país prohibió definitivamente la tala de árboles y la venta y producción de cualquier materia prima que contribuya a la destrucción de los bosques del planeta. No es la única medida que el Estado ha impuesto. Antes de 2030 se han propuesto reducir en un 40% las emisiones de carbono, se han comprometido a impulsar estas acciones en otros países y financiarán iniciativas al respecto en naciones en vías de desarrollo. Asimismo, dentro de sus fronteras se incrementarán las ayudas para el transporte colectivo para reducir las emisiones de CO2 de los vehículos. El país escandinavo es un ejemplo de turismo sostenible, de hecho, fueron los primeros europeos en sensibilizarse con la ecología y el desarrollo de energías renovables, y desde 2013 cuenta con su propia certificación en sostenibilidad turística alineada con los criterios del GSTC (Consejo Global de Turismo Sostenible)