El fundador de Airbnb, Brian Chesky, ha comunicado vía Twitter que desde que la plataforma se abriera a los hoteles boutique el pasado noviembre ya 15.000 ofrecen sus habitaciones en la página.

Tweet de Brian Chesky

Estas hoteleras consideran que esta asociación es potencialmente fructífera, aunque es cierto que hay reglas estrictas sobre cuáles son los establecimientos que pueden aparecer en Airbnb. Por ejemplo, sólo se aceptan los que cuentan con 25 o menos estancias. Además, los clientes prefieren los hoteles de diseño único y con influencias locales.

La tendencia in crescendo ha provocado incluso que en la web existan páginas exclusivamente dedicadas a estos alojamientos, un signo claro de las ambiciones de la compañía.

Entre las ventajas que ofrece esta asociación se encuentra: la comunicación directa con los huéspedes, algo esencial para la plataforma de alquiler vacacional. Gracias a esto el hotel puede informarse acerca de las preferencias personales de los huéspedes y sus necesidades antes de su llegada, mejorando así la experiencia.

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Además, los menores costes que Airbnb ofrece frente a las OTAs lo hacen atractivo para las empresas. A los anfitriones se les cobra una tarifa de servicio por cada reserva confirmada que oscila entre el 3 y el 5%, mientras que la cuota de las agencias llega al 15-30%.

Asimismo, también ofrece una manera de llegar a un grupo demográfico que no consideraría reservar en un alojamiento hotelero. Según una encuesta de Goldman Sachs, la mayoría de personas que utilizan Airbnb no regresan a los hoteles.  

Los establecimientos también pueden beneficiarse de las diferentes poíticas de cancelación de la empresa que van desde los flexibles a los estrictos y que pueden elegirse al crear el anuncio.