Cada vez más, los cascos antiguos y centros históricos de las ciudades españolas aumentan su oferta alojativa para poder cubrir la creciente demanda de visitantes pospandemia. En el caso de Sevilla, aunque los esfuerzos municipales se concentran en poner coto a la proliferación de alojamientos en forma de viviendas turísticas, la rentabilidad de este sector podría acabar con uno de sus locales gastronómicos y de ocio más emblemáticos, el Café Taberna Picalagartos. 

Según una información de Diario de Sevilla, el propietario del inmueble en el que se aloja el histórico establecimiento, sito en la céntrica calle Hernando Colón 7 tras la Catedral de la capital hispalense, quiere poner fin al contrato de arrendamiento suscrito ahora hace 30 años para transformar el edificio en apartamentos turísticos. 

Los propietarios del negocio se resisten


Sin embargo, los dueños del Picalagartos se resisten a abandonar el negocio, ya que argumentan que el contrato de arrendamiento es indefinido. “Los vecinos se marcharán, pero a nosotros no nos pueden echar. El contrato es indefinido. No vamos a cerrar el negocio”, ha asegurado el medio sevillano Gonzalo del Rey Fernández, propietario del Café Taberna.