Finalmente, Ryanair ha cambiado de opinión y mantendrá su base de operaciones en el aeropuerto de Girona, a cambio de realizar recortes en la plantilla y modificar las condiciones labolares de la misma. 

Según ha informado El Periódico, fuentes del sindicato USO han confirmado que 160 trabajadores basados en Girona, entre los que figuran tripulantes de cabina y pilotos, han aceptado la reestructuración ofrecida por Ryanair. 

La 'low-cost' irlandesa mantenía conversaciones con los empleados de las cuatro bases que quería cerrar en España (Girona, Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife Sur) y dio de margen hasta el pasado 6 de diciembre para que los trabajadores decidieran si se acogían o no a su propuesta. La oferta de Ryanair consiste en pasar a los empleados de fijos a fijos discontinuos, por lo que tendrán un contrato de nueve meses al año y los tres restantes irán al paro. 

"Es una tomadura de pelo", manifestó al respecto la portavoz del sindicato USO Lidia Arasanz. Desde el sindicato estatal, que rechazó acogerse a dicha reestructuración, adelantaron que impugnarán el acuerdo, al entender que incluye cláusulas ilegales. De acuerdo con la entidad, los tripulantes de cabina que acepten la oferta perderán su categoría profesional, ya que se les considerará agentes de servicio al público, lo que afectará a sus pluses salariales. 

Aquellos trabajadores que decidan no acogerse voluntariamente al pliego de condiciones ofertado por la compañía serán despedidos bajo el expediente de regulación de empleo (ERE), presentado en octubre por la aerolínea irlandesa. 

Ryanair, sin embargo, mantiene el cierre de sus bases en los aeropuertos canarios de Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife Sur, que se hará efectivo el ocho de enero de 2020. También, anunció con anterioridad el despido de más de 500 tripulantes de cabina y de pilotos. La aerolínea responsabiliza de estas medidas a los retrasos en la recepción de su pedido de Boeing 737MAX.